Definición de fuerzas armadas
El concepto de fuerza tiene múltiples acepciones. Puede tratarse de la aplicación del poder moral o físico; la virtud natural de las cosas; el estado más vigoroso de algo; la influencia que puede alterar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo; o del vigor y la capacidad para mover a alguien o algo que tenga peso o que haga resistencia.
Armado, por su parte, es un adjetivo que refiere a lo provisto de armas o de un instrumento o utensilio. También se trata de aquello que se desarrolla con la utilización de armas.
Se conoce como fuerzas armadas a los ejércitos y cuerpos policiales de un Estado. Estas fuerzas están compuestas por personas que cuentan con la instrucción y el permiso para manejar armamento de acuerdo a lo establecido por la constitución.
Las fuerzas armadas pueden cumplir con diversas funciones de acuerdo a la legislación vigente en cada país. En general su función más importante es la defensa del territorio nacional, aunque también puede dedicarse a controlar el orden interno, asistir a la población en situaciones de emergencia e incluso atacar a otros países.
El ejército regular es aquél formado por profesionales que componen la fuerza de manera permanente. Las fuerzas armadas, por lo general, también cuentan con un ejército civil que sólo es convocado y movilizado en casos de urgencia.
La división más habitual de las fuerzas armadas se realiza en ejército (encargado del control de la superficie terrestre), fuerza aérea (aire) y armada (mar). De esta manera, los integrantes de cada fuerza se especializan en su área de acción.
Preparación física
Como es sabido, un excelente estado físico es un requisito fundamental para los integrantes de las fuerzas armadas, ya que deben ser capaces de soportar climas extremos, desplazarse por tierra y agua con igual destreza, pasar largos días sin comer ni beber y cargar a sus compañeros en brazos en caso de emergencia, entre otras dificultades.
Para conseguir atravesar la fase inicial de selección es indispensable realizar una preparación física intensa y constante, que puede tomar varios años, y que debe convertirse en un estilo de vida, a diferencia de una rutina de ejercicio para verse bien en verano. El proceso debe incluir diversas disciplinas; algunas de las actividades más comunes son escalar, nadar, correr y ejercicios de gimnasia como ser abdominales y flexiones de brazos.
En cada país, la preparación y los requisitos pueden variar, pero algunas de las exigencias más comunes son las siguientes:
* realizar 100 flexiones de brazos en dos minutos;
* correr un promedio de 3.2 kilómetros en un máximo de quince minutos;
* hacer 100 abdominales en dos minutos;
* recorrer un tramo de entre 3 y 5 kilómetros en el menor tiempo posible;
* cargar una mochila que lleva un peso de hasta 22 kilos a lo largo de un máximo de 25 kilómetros;
* nadar un promedio de 1500 metros por sesión;
* nadar usando el uniforme y las botas a lo largo de 100 metros.
Y la lista continúa, con el agravante de ser rutinas que pueden llegar a exigirse hasta cinco veces a la semana, dependiendo del ejercicio. Además, los números que de por sí comienzan siendo intimidatorios, como los 100 abdominales o las 100 flexiones de brazos, pueden rápidamente subir a 300, para alcanzar el nivel de entrenamiento y resistencia necesarios para formar parte de las fuerzas armadas.
Es importante resaltar que el entrenamiento físico es tan sólo una parte de la preparación de un soldado, ya que no es posible asumir este trabajo sin gozar de la salud mental suficiente como para enfrentar los terribles escenarios que suelen ser comunes para las fuerzas armadas. Por otro lado, el conocimiento de las propias habilidades sociales, tales como la capacidad de liderazgo, resulta indispensable para ocupar el rol adecuado dentro de un grupo.