Definición de fosfato

El término fosfato pertenece el ámbito de la química. Así se denomina a un éster o una sal del ácido fosfórico.

Como se puede apreciar, hay que tener en claro varios conceptos para comprender qué es un fosfato. Podemos comenzar con el ácido fosfórico: se trata de un sólido que se compone de hidrógeno, oxígeno y fósforo, empleado generalmente para producir jabones y fertilizantes.

Un fosfato es un éster o una sal del ácido fosfórico.

Ésteres y sales

Decíamos que el fosfato puede ser un éster o una sal del ácido fosfórico. Se llama éster al compuesto orgánico obtenido mediante el reemplazo, en un ácido, de un átomo de hidrógeno por un radical alcohólico.

La acepción de sal que nos interesa en este caso, en tanto, refiere al compuesto que resulta al sustituir los átomos de hidrógeno presentes en un ácido por radicales básicos.

Para completar el recorrido por el significado de fosfato, pues, nos falta centrarnos en la idea de ácido, ya que de ellos provienen los ésteres y las sales. Los ácidos son sustancias que incrementan la concentración de iones hidrógeno cuando están en disolución; al combinarse con una base, propician la formación de las sales.

Características de un fosfato

Un fosfato presenta cuatro átomos de oxígeno que, en disposición tetraédrica, rodean a un átomo de fósforo. Es posible diferenciar entre el fosfato orgánico y el fosfato inorgánico.

Los fosfatos orgánicos presentan moléculas de gran complejidad y suelen tener un elevado nivel de toxicidad. Los fosfatos inorgánicos, por otra parte, se hallan en el organismo de seres vivos, estando entre los constituyentes de lípidos que forman membranas y de los nucleótidos que componen los ácidos nucleicos (como el ácido desoxirribonucleico o ADN).

Cabe destacar que estas no son las únicas clasificaciones de fosfatos. Dependiendo de sus propiedades, también puede hablarse de trifosfatos o de ortofosfatos, por ejemplo.

El fosfato ayuda a tener dientes fuertes.

Su importancia en el cuerpo humano

Los dientes y los huesos del ser humano tienen fosfatos entre sus componentes. Actuando en conjunto con el calcio, hacen que las piezas dentarias y óseas sean fuertes.

Si el nivel de fosfato en la sangre no es el adecuado, puede tratarse de un signo de una enfermedad de los riñones o de otro tipo de trastorno. Padecer calambres frecuentes o fatiga pueden ser síntomas de un trastorno vinculado a la falta o el exceso de fosfatos.

Para medir este nivel de fosfato, se extrae una muestra de sangre y se la analiza en un laboratorio. Una cantidad baja puede estar vinculada a la desnutrición, la falta de vitamina D o el hiperparatirodismo, mientras que una cantidad elevada puede asociarse a cetoacidosis diabética, enfermedad renal o hipoparatiroidismo, por mencionar algunas posibilidades.

El nivel de fosfato también puede medirse en la orina. Por supuesto, un médico debe ser quien indique la realización de estas pruebas y se encargue de examinar los resultados para determinar los pasos a seguir.

Los fosfatos en la agricultura

En el ámbito de la agricultura, los fosfatos están entre los abonos más empleados. La producción mundial, de hecho, depende en gran parte de su uso.

Más allá de la utilidad de estas sustancias, el uso indiscriminado de fosfatos en las prácticas agrícolas acarrea riesgos. Cuando la lluvia lleva los fosfatos a los ríos, crecen los nutrientes del ecosistema acuático y proliferan las algas. Al morir las algas, se multiplican los microbios que absorben el oxígeno del agua, provocando la muerte de la fauna y de la flora en general.

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