Definición de laboratorio

Un laboratorio es un lugar que se encuentra equipado con los medios necesarios para llevar a cabo experimentos, investigaciones o trabajos de carácter científico o técnico. En estos espacios, las condiciones ambientales se controlan y se normalizan para evitar que se produzcan influencias extrañas a las previstas, con la consecuente alteración de las mediciones, y para permitir que las pruebas sean repetibles.

Entre las condiciones que un laboratorio intenta controlar y normalizar, se encuentran la presión atmosférica (para evitar el ingreso o egreso de aire contaminado), la humedad (se trata de reducirla al mínimo para evitar la oxidación de los instrumentos) y el nivel de vibraciones (para impedir que se alteren las mediciones)

Existen diversos tipos de laboratorio:

* los laboratorios químicos estudian compuestos y mezclas de elementos para comprobar las teorías de la ciencia. Mecheros, agitadores, ampollas de decantación, balones de destilación, cristalizadores, pipetas y tubos de ensayo son algunos de los instrumentos utilizados en este ámbito;

* los laboratorios de biología, por su parte, trabajan con materiales biológicos en todos sus niveles (células, órganos, sistemas). Los microscopios, los termómetros y los equipos de cirugía ayudan a los científicos a desarrollar sus actividades;

* los laboratorios clínicos son aquellos donde los expertos en diagnóstico clínico desarrollan los análisis que contribuyen al estudio, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de salud.

En un sentido más amplio, la noción de laboratorio se refiere a cualquier lugar o realidad en la cual se elabora algo o se experimenta. De esta forma, puede hablarse de laboratorio de idiomas para nombrar al centro de enseñanza donde los estudiantes aprenden y practican lenguas extranjeras.

Pruebas de laboratorio con animales

Se conoce como vivisección a la utilización de animales no humanos para realizar experimentos de laboratorio, y esto representa una de las caras más controvertidas de la ciencia. Se trata de una práctica que se da no solo en las ciencias médicas, sino también en las industrias de la belleza, militar, del tabaco y de la química en general. Las torturas por parte del ser humano hacia el resto de las especies parecen no conocer límites.

El término «conejillo de Indias» tiene su origen en el siglo XVI, época en la cual el hombre comenzó a valerse del resto los animales para explorar los misterios de nuestra fisiología, así como para evaluar los efectos de innumerables sustancias y medicamentos, sin olvidarnos de los venenos, y de diversos procedimientos industriales. Individuos de varias especies, desde primates hasta perros, han muerto y continúan siendo asesinados para que el ser humano sacie su sed de superioridad y su absurda necesidad de prolongar la vida.

El principal objetivo de los experimentos de laboratorio con animales es la realización de pruebas de toxicidad, entre las que se encuentran los tests de toxicidad dermal y oral, los estudios de inmersión, inyección e inhalación y el test Draize. La piedad, la compasión y la consideración no están presentes cuando se somete a tantos seres inocentes a dosis letales de sustancias de todo tipo o a exámenes de resistencia a la falta de gravedad; es una muestra de cobardía y de falta absoluta de sensibilidad que tiene lugar todos los días, en todas partes del mundo.

Gracias a operaciones encubiertas, diversos grupos defensores de los animales han logrado poner en evidencia las terribles torturas que muchos laboratorios realizan a puertas cerradas. Esto ha llevado a muchos investigadores a evitar la experimentación con animales, al menos para no verse enredados en un escándalo público.

Nadie podrá devolver a las millones de víctimas inocentes su vida; pero la ciencia ha demostrado que existen métodos que no se valen de otros seres vivos para probar nuevas sustancias, y por ello no existe ninguna excusa para continuar con esta masacre.