Definición de férula

El concepto de férula, que proviene del vocablo latino ferŭla, tiene varios usos. Uno de los más frecuentes aparece en el ámbito de la medicina, donde el término se utiliza para nombrar al elemento externo que permite inmovilizar una parte del cuerpo en el marco de un determinado tratamiento.

Las férulas son estructuras que pueden fabricarse con yeso, madera, metal u otros materiales. Por lo general se emplean para tratar fracturas, aunque también pueden usarse en rehabilitación, como complemento de cirugías o en tratamientos odontológicos.

Mediante una férula, es posible inmovilizar o sostener una parte corporal. Para el tratamiento de una luxación o de una fractura, por citar un caso, el médico puede indicar el uso temporal de una férula que mantenga en su posición el hueso o la articulación. Cuando el uso de la férula se extiende en el tiempo, puede ayudar a consolidar o cicatrizar el tejido lastimado.

La corrección de una deformidad también puede lograrse con una férula. En el campo de la ortopedia, en tanto, hay férulas de uso definitivo que reciben la denominación de órtesis.

Los odontólogos, por otra parte, apelan a las férulas dentales que se producen con resinas o plásticos para cubrir los arcos dentarios. Estas férulas pueden servir para evitar el movimiento de los dientes tras un tratamiento de ortodoncia, para cambiar la oclusión de la persona o a modo de protección.

El cuidado de la férula exige tomar ciertos recaudos, los cuales suele indicar el profesional de la salud a sus pacientes a penas comienza un tratamiento. Si tomamos el caso de la férula usada para inmovilizar una extremidad del cuerpo, por ejemplo, cuanto mejor lo conservemos más pronta y efectiva será nuestra recuperación. Veamos algunos consejos para el mantenimiento de la férula:

* evitar que se humedezca en exceso. Es importante entender que la humedad debilita el material de la férula. Muchas personas se aplican paños empapados en agua en las zonas de la lesión durante varias horas con la intención de calmar el dolor, pero no reparan en que la piel puede resultar afectada por la falta de oxígeno;

* similar al punto anterior, es necesario proteger la férula durante el baño, y para eso existen productos específicos que podemos comprar, aunque también podemos utilizar bolsas de plástico aferradas con cinta adhesiva de buena calidad;

* no caminar apoyándose sobre la férula, al menos hasta que se encuentre absolutamente seca y dura. Cada material tiene diferentes tiempos de secado, razón por la cual se recomienda preguntar a los profesionales cuánto debemos esperar antes de someterla a tal presión;

* el interior de la férula debe estar limpio en todo momento. Si se encuentra en un pie esto se vuelve especialmente difícil, por lo que debemos evitar superficies de tierra o arena, además de mantener en buenas condiciones nuestra habitación de reposo;

* no usar objetos filosos o punzantes para rascarse debajo de la férula, algo muy común ante los molestos picores, ya que esto puede dañarla;

* otra práctica normal para calmar el escozor es el uso de desodorante o talco, y esto resulta perjudicial ya que genera humedad y suciedad que luego no puede quitarse con facilidad. Ante un caso como éste, es preferible llamar al médico;

* no alterar la forma de la férula. Por ejemplo, hay pacientes que les recortan los bordes o les arrancan partes que les generan molestias o por notar que la piel alrededor de la estructura se ha enrojecido. Una vez más, se recomienda consultar al médico;

* inspeccionar la férula con regularidad para detectar partes blandas o grietas, las cuales deberán ser atendidas por los profesionales a la brevedad para evitar que empeoren.

Un instrumento que se usaba para golpear a los alumnos a modo de castigo y el poder que se ejerce con despotismo también reciben la denominación de férula.

La férula o cañaheja, por último, es una planta que puede medir cerca de dos metros, perteneciente al grupo familiar de las umbelíferas.

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