Definición de extinción

La palabra extinción (con origen en el latín exstinctio) refiere a la consecuencia o resultado de extinguir o de lograr extinguirse. Para la biología y la ecología, el concepto resume en un solo término lo que ocurre cuando desaparecen todos los integrantes de una misma familia o especie.

Un género, clan o especie son considerados extintos cuando fallece su último miembro y, por lo tanto, deja de existir ese grupo (ya que no hay chances de reproducción y resulta imposible entonces soñar con una nueva generación). Como la distribución de una especie en este planeta puede llegar a ser demasiado amplia, es casi imposible determinar el momento exacto de la extinción.

Por lo general, las especies se extinguen en la primera década de millones de años desde su surgimiento. En algunos casos, sin embargo, consiguen subsistir durante millones de años. Algunos expertos afirman que casi la totalidad de ellas se calcula que el 99,9%) que en algún momento poblaron la Tierra ya están extintas.

El incremento de la población humana y su mayor distribución geográfica han hecho que las extinciones se vuelvan más frecuentes en los últimos 100.000 años. Se estima que, para 2100, la mitad de las especies que existen en la actualidad podrían estar extinguidas.

Cabe resaltar que se ha desarrollado una clasificación que refiere al riesgo de extinción que experimenta una especie: a mayor riesgo, mayor probabilidad de que se extinga. Una especie amenazada es aquella que podría extinguirse en un futuro próximo. Una especie en peligro de extinción, por su parte, tiene su existencia comprometida a nivel global.

Cuando la especie está en peligro crítico de extinción, el riesgo es extremadamente alto. El gorila de montaña, el lince ibérico, la foca monje del Mediterráneo y la tortuga carey son algunos animales en esta condición.

Extinción Humana Voluntaria

Existe un movimiento que se llama Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria que propone la colaboración de toda nuestra especie por dejar en libertad toda la tierra, dejando de reproducirnos y consiguiendo que dentro de cientos de años la tierra recupere su espacio, el resto de los animales decidan cómo vivir, evolucionar si lo desean y todo el planeta pueda recuperarse de los daños que le ha causado el ser humano.
No se trata de exterminar a nuestra especie asesinándola, sino de dejar de procrear, no agregar nunca otro ser humano a la población.

Al hablar de la extinción humana las personas suelen alarmarse, sin embargo no lo hacen tanto cuando de lo que se trata es de la desaparición de otras especies. ¿Acaso somos más importantes que ellas? Al referirnos a la extinción decimos que es un proceso natural de la vida sobre la Tierra, entonces… ¿la nuestra también debería ser una de las especies que dejara de existir algún día? ¿qué nos hace pensar que no es así? Así como no nos preocupamos por aquellas que ya se han extinguido, no deberíamos hacerlo por la raza humana. La mayoría de las personas que alguna vez estuvo viva, está muerta y todos sabemos que algún día moriremos ¿qué diferencia hay entre saber que moriremos y en que nuestra especie deje de existir?

A lo largo de los años el ser humano ha permitido y ha exterminado a millones de especies por una única causa, el dinero, el poder, la conquista; así especies que durante miles de años habían sabido evolucionar transmitiendo sus códigos genéticos, desaparecieron de la noche a la mañana y nadie luchó por salvarlas. El asesinato de la vida es uno de los mayores crímenes que viene cometiendo el ser humano de que existe.

Según lo que argumenta este movimiento, lo cual solicito que pienses detenidamente, la tasa de extinción de nuestra actualidad es mil veces superior al promedio de todas las eras y podría solucionarse de un sólo modo, con la extinción de la nuestra porque, aparentemente no hay razones para creer en que esta humanidad cambie.

Además, sería una excelente oportunidad para demostrar que no hemos perdido dos de las cualidades de nuestra especie que más valen la pena: la compasión y la razón. La primera, para comprender lo que necesita el planeta y la segunda para actuar en consecuencia, tomar una decisión y sostenerla a lo largo del tiempo: suprimiendo la vida futura de nuestra especie para defender la vida que ya es sobre este planeta.

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