Definición de habitante
Al latín es a la lengua a la que hay que recurrir para poder encontrar el origen etimológico del término habitante. Y es que este es fruto de la suma de dos partes perfectamente delimitadas: el verbo “habere”, que es sinónimo de “tener”; y el sufijo “-nte”, que es equivalente a agente.
Habitante es quien habita. El verbo habitar, por su parte, hace referencia a vivir o morar. Por ejemplo: “Los habitantes de la ciudad han manifestado su disconformidad con las medidas del gobierno”, “El pueblo se está quedando sin habitantes ya que los jóvenes deciden emigrar a otras tierras”, “Ningún habitante de este barrio está libre de culpa”.
La noción de habitante, por lo tanto, puede considerarse según distintas escalas. Puede hablarse del habitante de una casa, de un barrio, de una ciudad, etc. En una casa o departamento, la cantidad de habitantes es reducida en comparación a un barrio, una ciudad, una provincia o un país.
Todos los habitantes del mundo forman lo que se conoce como población humana. El estudio estadístico de la población recibe el nombre de demografía, cuyo origen etimológico refiere a la “descripción del pueblo”.
A la hora de poder determinar esa población mundial hay que establecer que se toman en cuenta tres factores de manera fundamental: la esperanza de vida, el número de nacimientos y el número de muertes que tienen lugar. En base a todo ello, podemos saber que en estos momentos aquella es de más de 7.000 millones.
Además de todo ello, es importante, desde un punto de vista curioso y singular conocer cuáles son los países con menor número de habitantes. En este sentido, podríamos destacar que el que se lleva el primer puesto es Vaticano, pues sólo dispone de 970 habitantes. Después de él se encuentran otras naciones tales como Tuvalu, Nauru, Palaos, San Marino, Mónaco, Liechtenstein, San Cristóbal y Nieves, Islas Marshall y Antigua y Barbuda.
En contraposición, los países que se encuentran caracterizados por tener el mayor número de habitantes son los siguientes: China, India, Estados Unidos, Indonesia, Brasil, Pakistán, Bangladesh, Rusia, Nigeria, Japón y México. Todos ellos superan los cien millones.
La densidad de población está vinculada a la distribución del número de habitantes en un territorio. Las superficies suelen expresarse en kilómetros cuadrados: por lo tanto, la densidad poblacional se expresa en habitantes por kilómetros cuadrados.
Las grandes ciudades cuentan con una elevada densidad de población, lo que muchas veces se traduce en problemas de vivienda, transporte y seguridad. Los pueblos rurales, en cambio, presentan una baja densidad, con escasa infraestructura y poca mano de obra.
Macao (una región administrativa especial de China), Mónaco y Singapur son los países con mayor densidad poblacional del mundo. Entre los países con menor densidad (aunque no con menos habitantes), se destacan Mongolia, Islandia y Australia.
Asimismo tenemos que destacar que existe una importante obra literaria que usa el término que nos ocupa en su título. Se trata de “Los habitantes de la casa deshabitada”, escrita por Enrique Jardier Poncela en 1942.