Definición de tasa de mortalidad
Se conoce como tasa de mortalidad a un índice creado para reflejar la cantidad de defunciones por cada mil ciudadanos de una determinada comunidad en un periodo de tiempo concreto (por lo general, doce meses). Es habitual mencionar a este indicador demográfico como tasa bruta de mortalidad o, simplemente, como mortalidad.
Es importante destacar además que las tasas de mortalidad están vinculadas de manera inversa a la esperanza de vida al momento de llegar al mundo: a más esperanza de vida, más baja es la tasa de mortalidad. En las naciones en vías de desarrollo hay una tasa de mortalidad mayor respecto a los países desarrollados.
Se suele considerar que una tasa de mortalidad es alta cuando se ubica por arriba del 30%; moderada si oscila entre el 15% y el 30%; y baja si no supera el 15%. A nivel mundial, la mortalidad relacionada con la malnutrición es la principal responsable de las tasas de mortalidad más elevadas.
En los países desarrollados, en cambio, las principales causas de mortalidad son los tumores, las enfermedades del sistema circulatorio y las enfermedades del sistema respiratorio.
La tasa de mortalidad infantil, por otra parte, es el índice que exhibe la cantidad de muertes por cada 1.000 niños nacidos con vida que se han registrado, durante los primeros doce meses de existencia.
La denominada tasa de mortalidad específica, por último, es una proporción que señala cuántos sujetos fallecen por un motivo concreto durante un lapso específico de tiempo. La intensidad de la mortalidad hace que la tasa pueda expresarse por 1.000, por 10 mil o hasta por 100 mil ciudadanos. Se denomina tasa de letalidad al porcentaje de individuos que pierden la vida por una determinada dolencia entre quienes la padecen en un momento y una región específicos.
La guerra y la tasa de mortalidad infantil
Según diversos estudios desarrollados por investigadores, la tasa de mortalidad infantil es un indicador importante del estado de salud de un pueblo. Bajo la sigla TMI, esta estadística indica el número de muertes de niños menores de un año que tiene lugar en un determinado país; teniendo en cuenta una base de 1.000 bebes nacidos. Este cómputo se efectúa teniendo en cuenta la cantidad de nacimientos ocurridos en un lugar en un determinado período y las muertes acaecidas en ese mismo tiempo.
Algunas de las causas que pueden influir considerablemente en la tasa de mortalidad infantil de un país son los desastres naturales como inundaciones, terremotos y huracanas, y los desastres provocados por el ser humano como los disturbios civiles y la guerra.
Cabe mencionar que la tasa de mortalidad infantil suele ser más alta en países subdesarrollados o que atraviesan un conflicto bélico; esto se debe a que son los seres más indefensos de la especie, los más propensos a enfermarse, los más vulnerables, etc.
En el caso de los países pobres, generalmente no tienen una infraestructura preventiva para salvaguardar la salud de los niños y, por otro lado, no cuentan con los recursos alimentarios necesarios para proveerlos de todo lo necesario para crecer sanos.
En los países que se encuentran en guerra, miles de niños mueren cada año víctimas de los ataques a sus hogares por parte del ejército invasor, o por hallarse en un lugar que de pronto se convierte en un campo de batalla; y, en los casos más aterradores, porque son convocados para luchar y perecen en combate.
Actualmente el país con una tasa de mortalidad infantil más baja es Islandia con un índice de 2,9, seguido de cerca de Singapur y Japón, con 3 y 3,2 respectivamente; mientras que los países con el índice más alto son Sierra Leona con un 160,3 y Afganistán con 157. Dichos datos se desprenden de los censos realizados por las Naciones Unidas.