Definición de expulsión
La etimología de expulsión nos lleva al vocablo latino expulsio. Se denomina expulsión al acto y el resultado de expulsar: echar, despedir, sacar. Por ejemplo: “El presidente estadounidense promueve la expulsión de los menores de edad que hayan ingresado al país de forma irregular”, “El partido político analizará la expulsión de los afiliados que participaron de la protesta”, “El conjunto local jugó media hora con un futbolista menos debido a la expulsión de su capitán”.
La expulsión suele ser una sanción o un castigo que se aplica en diferentes ámbitos. Puede consistir en la devolución de un ciudadano extranjero a su país de origen cuando esta persona no cuenta con la documentación necesaria para residir legalmente en la nación que lo expulsa. La expulsión también se puede aplicar a un extranjero que haya cometido un delito.
En muchos casos, de todos modos, la expulsión se enfoca en comunidades o grupos sociales y tiene un componente xenófobo o racista. A lo largo de la historia, diversos gobiernos han decretado la expulsión de los individuos judíos de sus tierras.
En el ámbito académico, la expulsión de un estudiante se produce cuando éste comete una violación de las normas internas. Al ser expulsado, el estudiante es obligado a abandonar la institución.
Las expulsiones también aparecen en el terreno del deporte. Cuando un deportista viola el reglamento, según las características de la falta, puede ser expulsado. Supongamos que un jugador de fútbol le aplica un puñetazo en el rostro a un rival, furioso al considerar que su oponente se burló de él. El árbitro, al observar la escena, decide la expulsión del agresor, amparado en lo estipulado por el reglamento. De esta forma, el equipo del futbolista expulsado queda con un jugador menos.
En estos últimos dos casos, la expulsión es una de las sanciones más severas, sino la más, ya que es de las pocas que no tienen vuelta atrás. Cuando un estudiante es expulsado de la escuela, ya no puede regresar y se ve frente a una situación muy complicada de resolver: debe enfrentar la frustración y la vergüenza de que lo hayan echado, pero también encontrar un nuevo centro educativo en el cual quieran admitirlo, algo que no siempre resulta fácil.
Los colegios pueden expulsar a sus alumnos por diferentes motivos, las cuales se encuentran contempladas en la normativa vigente, pero esto no significa que que todos ellos tengan la misma gravedad. A menudo aparecen en los medios de comunicación noticias acerca de alumnos que han sido expulsados por causas muy variadas, que van desde haberle hecho burla a un profesor en las redes sociales hasta haber agredido de forma grave a un compañero. Negarle el derecho a un estudiante a asistir a la escuela puede parecer necesario para algunos, pero también hay quienes consideran esta medida absolutamente contraproducente.
Antes de la expulsión viene la suspensión, que también deja al alumno fuera de la escuela pero durante un máximo de diez días. La expulsión, por otra parte, tiene un límite de un año, aunque también se puede aplicar por tiempo indefinido. Antes de llevarla a cabo, lo normal es que la Junta de Educación realice una audiencia, en la cual se presenta el caso ante un grupo de personas que luego debe tomar la decisión final, considerando las declaraciones de las dos partes y de los testigos.
Las causas de fuerza mayor para la expulsión de un alumno incluyen la posesión de un arma mortal, de fuego o blanca, en el centro educativo o bien la venta de drogas ilegales. La desobediencia de cierta reglas y la alteración del orden en clase en perjuicio de los demás estudiantes son motivos a considerar, pero no determinantes.