Definición de exótico

Con origen en el latín exoticus, que a su vez proviene de un vocablo griego, el concepto de exótico hace referencia a todo peregrino de nacionalidad distinta a quien lo observa o a objetos o individuos extranjeros, en especial cuando se trata de algo o alguien que llega desde un territorio lejano.

En el marco de la biología, se acostumbra usar la idea de exótico para describir a la especie, grupo, comunidad, subespecie o taxón inferior tanto de fauna como de flora que puede sobrevivir y reproducirse sin necesidad de estar en su territorio natural. Es decir, del lugar que la planta o el animal en cuestión ocupa de manera natural, sin la introducción directa o el cuidado del hombre.

La biología y la fauna exótica, por lo general, suele convertirse en un problema ambiental y económico por atentar contra la biodiversidad natural.

Lo exótico, tanto para la cultura humana como para la naturaleza, engloba a todo aquello que procede de un lugar extraño. Hay que tener en cuenta que la rareza depende de la persona que esté considerando la cuestión. Por ejemplo: un kimono puede ser una vestimenta exótica en Brasil, pero algo muy común en Japón. El kimono, por lo tanto, no es exótico en sí mismo, sino que esta característica la adquiere de acuerdo al matriz cultural que lo considere.

En este sentido, cabe mencionar que el ser humano tiende a sentirse especialmente atraído por lo diferente, lo desconocido, y esta sensación casi arraigada en nuestra especie puede devenir en dos actitudes muy opuestas: el rechazo, por miedo a salirse del camino establecido por la porción cerrada de la sociedad en la que se haya criado, o una necesidad imperiosa de acercarse.

Esa atracción casi instintiva hacia lo foráneo es la responsable del éxito de las series japonesas en occidente y de la música norteamericana en oriente, del deseo de los blancos de tostarse la piel y del gusto de los alemanes por las personas de ojos y cabello oscuro. Es casi tan absurdo el resultado positivo como el negativo, ya que en ambos casos se sobredimensionan las diferencias y no se presta atención al verdadero sentido que dichas características tenían en primer lugar.

Retomando los ejemplos antes mencionados, el anime, por ejemplo, es uno de los elementos más presentes en la cultura actual japonesa y, si bien para los japoneses tienen una importancia muy grande, representa una forma de expresión artística muy normal para ellos. Lo mismo ocurre con el R&B (Rythm and Blues) en Estados Unidos, que en las últimas dos décadas ha generado un fanatismo descabellado en algunos países orientales, especialmente por la música de Mariah Carey y Janet Jackson. ¿Vale más lo extranjero que lo nacional o viceversa? ¿Es necesario magnificar lo importado y ubicarlo por encima de lo autóctono?

Claro que estos interrogantes tienen respuestas muy sencillas, cosas que nadie quiere oir porque le quitan el sentido retorcido que el ser humano le da a la vida: nadie vale más que otra persona, ningún color de piel es mejor que otro, el nacionalismo es un error, no se debe consumir algo sin comprenderlo primero. De esta forma, la palabra exótico le confiere al sustantivo en cuestión un valor agregado que ensombrece su esencia y deja a la luz tan sólo una pequeña porción de su verdadero significado, contaminado por las inevitables e imprecisas traducciones.

Este adjetivo también puede utilizarse para nombrar a aquello que resulta extravagante o chocante. Esta extensión del significado tiene en cuenta que aquello que se origine en un lugar desconocido y lejano suele ser incomprendido: “El recién llegado sorprendió al utilizar un traje exótico en la reunión”.

Una bailarina exótica, por último, se desempeña en un cabaret o club nocturno, dedicándose a las danzas sensuales.

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