Definición de exasperar
En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término exasperar que ahora nos ocupa. En concreto, podemos establecer que deriva del verbo “exasperare” que se utilizaba para referirse a que algo era desigual o rudo. Es fruto de la suma de dos componentes léxicos: el prefijo “ex-”, que significa “hacia fuera”, y el adjetivo “asper”, que puede traducirse como “rudo” o “rugoso”.
No obstante, con el paso del tiempo, se convirtió en sinónimo de “enfurecer” o “enfadar”.
La noción de exasperar refiere a provocar enojo o irritación en alguien. Cuando una persona está exasperada, se siente enfurecida, molesta o indignada.
Por ejemplo: “El servicio deficiente comenzó a exasperar a los usuarios, que no dudaron en manifestar su descontento”, “El director técnico se ha vuelto a exasperar en la rueda de prensa ante las preguntas de los periodistas”, “Ese tipo de declaraciones no hacen más que exasperar a los vecinos que aguardan, desde hace mucho tiempo, una solución a sus problemas”.
Además de las palabras citadas, son sinónimos de este verbo otras tales como irritar, enojar, crispar, indignar, encolerizar, exacerbar o sacar de quicio. Por el contrario, si hablamos de sus antónimos destacan términos como calmar, tranquilizar, sosegar o apaciguar.
Aquel o aquello que exaspera es calificado como exasperante. Una persona que debe aguardar más de dos horas hasta que lo atiendan en un banco, por citar un caso, se puede exasperar por la situación: no entiende por qué la atención es tan lenta y se molesta por la pérdida de tiempo.
En un mismo sentido, un individuo que se intenta comunicar por vía telefónica con un centro de salud para solicitar un turno, se puede exasperar si una grabación le indica que todos los operadores se encuentran ocupados y le pide que aguarde unos instantes. Cuando ya lleva media hora al teléfono sin ser atendido por ningún ser humano, el sujeto pierde la paciencia, pero no puede colgar ya que necesita el turno en cuestión.
De la misma manera, hay que tener en cuenta que una persona se puede exasperar si cuando vuelve a casa en su coche después de la jornada laboral se encuentra con un gran atasco y tiene que pasarse mucho tiempo parada en la carretera.
Un ruido que impide dormir, un hombre que miente descaradamente y no lo acepta, el mal tiempo que se prolonga varios días consecutivos y los problemas que dificultan navegar por Internet de manera recurrente pero aleatoria son algunos motivos que pueden llegar a exasperar a una persona.
Dentro del ámbito de la literatura y la cultura en general también se puede utilizar en numerosas ocasiones el verbo que ahora nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, del libro “Cómo exasperar a su pareja. Método práctico para convertirse en ex”. Se trata de una obra de la autora Marcela Manrique, publicada en 2008 donde se da consejos para lograr que la pareja decida romper la relación que se tiene con ella.