Definición de evocar
Para poder conocer a fondo el significado del término evocar, se hace necesario proceder a descubrir su origen etimológico en primer lugar. Así, hay que subrayar que es una palabra que deriva del latín, exactamente del verbo “evocare”, que puede traducirse como “traer algo a la memoria” y que es fruto de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El prefijo “ex-”, que significa “hacia fuera”.
-El sustantivo “vox”, que es sinónimo de “voz”.
-El sufijo “-are”, que se utiliza para darle forma a verbos.
Cuando un sujeto evoca, por lo tanto, rememora. Por ejemplo: “En nuestro programa de hoy vamos a evocar a Carlos Gardel, uno de los máximos referentes del tango”, “El cantautor anunció que va a evocar al revolucionario argentino en su próximo concierto”, “En mis discursos públicos siempre trato de evocar a mis maestros”.
El acto de evocar implica recordar algún suceso del pasado o a una persona. Por lo general se evocan acontecimientos o individuos que dejaron una huella en aquel que recuerda. Un anciano, por citar un caso, puede evocar su adolescencia cuando se reúne con amigos de aquella época. Una mujer, en una charla con amigas, puede evocar el día de su casamiento.
Entre los sinónimos de evocar se encuentran desde recordar hasta rememorar pasando por llamar, invocar y conjurar. Por el contrario, entre sus antónimos está olvidar.
Evocar también consiste en generar un pensamiento o una imagen mental a partir de una asociación de ideas: “En mi nueva colección trabajo con toda la gama del color azul para evocar al mar”, “Con su cuadro, el artista quiso evocar la guerra civil mediante imágenes sombrías”, “Las proclamas del nuevo presidente parecen evocar los tiempos del fascismo”.
Otro uso del término evocar hace referencia a convocar a una entidad sobrenatural: un dios, un demonio, un espíritu, etc. La evocación tiene la finalidad de hacer que la entidad en cuestión se manifieste de algún modo sensorial.
Para evocar a estos entes, se lleva a cabo algún tipo de ritual. Se supone que con estos ritos es posible “llamar” al dios, demonio o espíritu para que se haga presente en un lugar físico, pudiéndose establecer una comunicación con él.
En este caso, hay que subrayar que se pueden confundir los términos invocar y evocar, que se suelen usar indistintamente. No obstante, hay alguna diferencia entre ellos. Así, por ejemplo, una de las más importantes es que en el primer caso se llama al espíritu o ser sobrenatural contando con su “aprobación” mientras que cuando se evoca se le llama sin su consentimiento, en contra de su voluntad.
Es decir, invocar es pedir la ayuda de los espíritus como si un acto de fe se tratase para poder alcanzar un objetivo muy concreto y sin esperar que aquellos se manifiestan mediante algún acto de tipo físico. Por el contrario, cuando se evoca se llama autoritariamente a esos espíritus o seres y se requiere que se manifiesten de alguna manera en concreto que sea visible.