Definición de estiércol
La primera acepción de estiércol mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario alude al excremento de un animal. El término, procedente del vocablo latino stercus, suele utilizarse con referencia a los excrementos y a otras materias orgánicas que se encuentran en descomposición y se utilizan para abonar el suelo.
Se llama excremento a los desechos alimenticios que expulsa un ser vivo por el ano una vez realizada la digestión. Estos residuos pueden convertirse en estiércol y ser empleados en la fertilización de un terreno.
El estiércol, por lo general, se compone de excrementos de animales y de otros desechos, que se depositan en un lugar conocido como estercolero. Allí se van amontonando los excrementos junto a restos de plantas y otras sustancias que pueden aprovecharse.
El estiércol del ganado bovino es el más utilizado. Puede usarse en toda clase de suelos y ayuda a abonar cualquier cultivo, pese a que sus características dependen del alimento que se les proporcione a las vacas. También se emplea estiércol de cerdo, estiércol de caballo, estiércol de oveja, estiércol de ave y hasta estiércol de murciélago.
Pese a que recientemente el estiércol haya perdido preponderancia ante los abonos sintéticos, aún existen productores que apuestan por los cultivos ecológicos y siguen empleándolo.
El compost, por último, es un producto que se obtiene mediante la fermentación de residuos orgánicos, entre los cuales se encuentra el estiércol. El compostaje es llevado adelante por agentes microscópicos (bacterias, protozoos y hongos) y macroscópicos (hormigas, lombrices, etc.). Al recipiente donde se produce el compost se lo denomina compostador.
El estiércol y las plantas
Las plantas necesitan de varios nutriente para tener un desarrollo adecuado, y esto vale tanto para las que crecen en macetas como para las de huerto. Claro que no es tan fácil aportarles los productos correctos, porque debemos tener en cuenta factores como la clase de planta y el tipo de cosecha (como ser raíz, fruto u hoja).
La cantidad y el tipo de nutrientes que necesita cada planta es diferente, aunque existen tres que resultan fundamentales para casi todas ellas: fósforo, potasio y nitrógeno, que les podemos brindar por medio de abonos líquidos preparados en casa para usar al momento de regar, o bien aplicándolos en el huerto mismo. La forma más sencilla y económica de hacer esto es por medio del estiércol.
Por un lado tenemos el estiércol fresco, que por lo general se usa para eliminar los parásitos del suelo (esto incluye hongos, esporas e insectos). Se trata de un proceso conocido con el nombre de solarización, y se lleva a cabo esparciendo sobre el terreno el estiércol, luego cubriéndolo con una lámina de plástico y dejándolo durante los meses de más calor para que las altas temperaturas y la fermentación acaben con los organismos indeseados.
También existe el estiércol curado, que se suele dejar al sol por uno o dos meses para eliminar el mal olor y conseguir que no pueda fermentar, de manera que no queme las plantas cuando se aplica en la tierra.
Entre los abonos de estiércol más potentes destaca el de gallina, ya que aporta altos porcentajes de los nutrientes antes mencionados, así como de calcio, magnesio, materia orgánica y materia seca. A pesar de esto, es importante señalar que si lo echamos fresco corremos el riesgo de que queme las plantas, por lo cual se recomienda curarlo durante unos meses.
El estiércol de oveja es el más usado, ya que tiene una composición muy equilibrada de nutrientes. Sin embargo, muchos recomiendan probar diferentes tipos y decidir en base a la propia experiencia, al precio y a la disponibilidad.