Definición de esteta
El vocablo griego aisthētḗs, que refiere a la “percepción mediante los sentidos”, llegó al francés como esthète. El término arribó a nuestro idioma como esteta.
Un esteta es un individuo para quien el arte es un valor primordial. Además se llama esteta a aquel que realiza un culto a la belleza o que tiene conocimientos sobre estética.
Por ejemplo: “Mi abuelo es un esteta que tiene la casa llena de obras artísticas”, “Un fotógrafo de moda debe ser un esteta capaz de registrar lo bello en cada toma”, “El cineasta japonés suele ser considerado como un esteta que presta demasiada atención a los elementos visuales y no se concentra en el contenido de sus películas”.
También se conoce como esteta al seguidor del esteticismo: una doctrina que privilegia la belleza por sobre cualquier otro rasgo de una obra de arte. Como movimiento artístico, el esteticismo surgió en Gran Bretaña a fines del siglo XIX.
Otra forma de denominar un movimiento artístico es mediante el concepto de estilo artístico. En cualquier caso se trata de una tendencia que comparten muchos artistas a lo largo de un período determinado de la historia, con una filosofía en común.
De acuerdo a los estetas, el arte tiene como finalidad la exaltación de la belleza. Las cuestiones sociales y morales, en este marco, quedan en un segundo plano. Por eso el esteticismo se considera como lo opuesto al materialismo y el utilitarismo.
Oscar Wilde y Joris-Karl Huysmans son dos autores considerados estetas. Se trata de escritores que, a través de la literatura, apostaron por la sensibilidad y el refinamiento.
Es importante señalar que a menudo las personas ajenas a la poesía describen esta forma de arte como una exaltación de la belleza por sobre todas las cosas, y esto no podría estar más lejos de la realidad si tenemos en cuenta todos los tipos de poesía que existen en la actualidad. Así como en el cine y en la narrativa, entre otros ámbitos, hay quienes se enfocan en lo bello incluso exagerando o distorsionando los atributos de sus personajes y entornos, pero también están los autores que persiguen la crudeza o que apuestan por las preguntas más que por las respuestas.
Anteponer la belleza a las problemáticas sociales, a cuestiones morales o a las reflexiones profundas acerca de los diversos temas que más importan en la sociedad no son características que se consideren aceptables hoy en día, sino más bien todo lo contrario. Debemos entender que los primeros estetas existieron en otra época y necesitaban romper con barreras que ya han quedado obsoletas. La felicidad es un objetivo mucho más vigente que la belleza, por lo cual el arte contemporáneo persigue los problemas que obstaculicen nuestra plenitud.
En Francia existieron algunas tendencias parecidas al esteticismo, como ser el simbolismo y el decadentismo, de manera que algunos consideran que los estetas crearon su propia versión de estos movimientos. El simbolismo en la literatura adquirió una importancia considerable, al punto de estar entre los más relevantes de la segunda mitad del siglo XIX. En pocas palabras, y basándonos en el manifiesto del poeta griego Jean Moréas, se oponía a la objetividad en la descripción, la sensibilidad falsa, la declamación y la enseñanza.
Con respecto al decadentismo, podemos decir que abarcó tanto la filosofía como la literatura y tiene dos rasgos predominantes: temas en los que reina el escepticismo; un exagerado refinamiento.
En el lenguaje coloquial, se suele mencionar como esteta a la persona que sabe reconocer la belleza y orienta su vida a la contemplación y la apreciación de la misma. Esa admiración, por otro lado, le genera placer.