Definición de estación de trabajo
Para comprender a qué se refiere el concepto de estación de trabajo, resulta útil centrarse antes en los términos que componen la expresión. Estación es una noción con varias acepciones: en este caso nos interesa su significado como el conjunto de las instalaciones que se emplean para llevar a cabo determinadas tareas. Trabajo, por su parte, es el ejercicio de un oficio o una profesión o el desarrollo de una actividad remunerada.
A pesar de que ésta sea la acepción del término trabajo que solemos utilizar en el habla cotidiana, en este caso hace referencia a «aquello que resulta de la actividad del ser humano» o bien a «la operación de la herramienta, pieza, utensilio o máquina que se usa con un fin determinado».
Retomando la idea de estación de trabajo, podemos afirmar que se trata del equipo informático que se destina a una labor profesional, técnica o científica. La estación de trabajo, también conocida como workstation por su denominación en inglés, suele ser una computadora (un ordenador) con características avanzadas que está conectada a diferentes periféricos (impresoras, escáneres, etc.) y que forma parte de una red.
Por lo general, una estación de trabajo se encuentra vinculada a otras computadoras y a un servidor. De este modo se facilita el hecho de trabajar en equipo, compartiendo recursos y datos.
Es importante mencionar que, si bien antes había importantes diferencias técnicas entre una computadora hogareña y una estación de trabajo, dichas distancias se han acortado, sobre todo en ciertos ámbitos. Hay que tener en cuenta que la estación de trabajo más avanzada de hace unas décadas brindaba menos prestaciones que una PC actual que utiliza cualquier persona para estudiar o jugar.
De todos modos, en aquellos sectores donde se requiere una gran velocidad de procesamiento y capacidad para trabajar con inmensas cantidades de datos, las estaciones de trabajo siguen siendo equipos especiales y con cualidades sobresalientes.
Historia de la estación de trabajo
Si bien no es posible determinar de forma inequívoca cuál fue la primera estación de trabajo de la historia, muchos expertos aseguran que la candidata más adecuada fue la IBM 1620, una computadora para uso científico que se introdujo en el mercado en el año 1959. A diferencia de la norma en esa época, este equipo estaba pensado para ser operado por solo usuario.
Otra cosa que diferenciaba esta estación de trabajo de los aparatos de aquel entonces es que no tenía ninguna clase de circuito aritmético real, por lo cual necesitaba que el usuario almacenara en la memoria principal una tabla con las reglas matemáticas de la suma para realizar esta operación. Esto no era un error de diseño, sino que permitía ahorrar costos de producción y, por lo tanto, vender el equipo a un precio más accesible.
Es importante señalar que algunas empresas no compraban la estación de trabajo sino que la alquilaban, y para ello llegaban a pagar hasta 1000 dólares por mes. Más adelante, IBM introdujo en el mercado el modelo 1130, mientras que la compañía estadounidense DEC presentó su minicomputador PDP-8. A partir de los años 70 llegaron las estaciones de trabajo basadas en microordenadores, con ejemplos como la máquina Lisp, la Xerox Alto, la PERQ y la Xerox Star.
En la década siguiente comenzaron a aparecer las estaciones de trabajo que se basaban en el procesador Motorola 68000, comercializadas por compañías como ser SGI, Sun Microsystems y Apollo Computer. A partir de la segunda mitad de los años 80 la CPU dominante fue la RISC, cuyo nombre es la sigla de Reduced Instruction Set Computer o Computador con Conjunto de Instrucciones Reducidas. Estos ordenadores solían incluir una versión del procesador y un sistema operativo derivado de UNIX diseñados por los propios fabricantes.