Definición de esquizofrenia
El concepto de esquizofrenia tiene su origen en dos términos griegos: schizo (“división”, “escisión”) y phrenos (“mente”). Quien padece este trastorno presenta, en pocas palabras, una mente partida en dos: una porción que se relaciona con la realidad y otra que interactúa, en mayor o menor grado, con un mundo imaginario.
Se suele creer que las primeras manifestaciones de esta enfermedad se dan al comienzo de la adolescencia, pero diversos casos de niños con esquizofrenia han salido a la luz en los últimos años. La dificultad del diagnóstico en personas de temprana edad reside en que los síntomas a menudo se confunden con aquellos del autismo o, en casos leves, con una falta de adaptación escolar.
En el año 2009, Oprah Winfrey, conocida presentadora de televisión norteamericana, emitió un documental acerca de una niña de 7 años, Jani Schofield, con un grado especialmente severo de esquizofrenia. Esta criatura aseguraba convivir con decenas de seres, en especial animales, que se relacionaban activamente con ella, a pesar de ser invisibles para las demás personas. Todos y cada uno de ellos tenía un nombre propio y habitaba en un lugar llamado «Calalini», que se encontraba, en palabras de Jani, en el límite entre su mundo y el real. Como suele suceder, algunos de estos seres imaginarios acostumbraban pedirle a la niña que realizara actos violentos, como lastimar a otras personas o romper cosas.
Pero para detectar la esquizofrenia, no es necesario esperar a que surjan este tipo de actitudes tan características. Al revisar filmaciones de cuando Jani tenía apenas meses de edad, por ejemplo, se puede apreciar que la niña solía fijar la vista en un punto donde parecía no haber nada. Además, contrario a lo normal en un bebé recién nacido, dormía por períodos no mayores a 30 minutos y un total de no más de 4 horas al día, contra las esperables 16 horas. Otro dato interesante es que a los 5 años, repentinamente comenzó a exigir que se la llamara por otro nombre, asegurando que Jani no era el correcto.
Los esquizofrénicos suelen delirar, tener problemas de conducta y emocionales y pensar de manera ilógica. El contacto con personas que no padecen de esta enfermedad resulta muy difícil, ya que la influencia del mundo imaginario es muy fuerte e imposible de ignorar. Las alucinaciones, que suponen una distorsión de aquello que se percibe, pueden ser visuales o sonoras, y los pacientes suelen mantener fluidas conversaciones e interactuar con ellas como si realmente estuvieran presentes. El miedo a potenciales ataques por parte de familiares y la sensación de un complot en contra de la persona son muy comunes y son los personajes de la mente quienes les advierten de estos peligros.
Es posible distinguir diversos tipos de esquizofrenia, entre los que destacan:
* esquizofrenia paranoide: el más común, caracterizado por delirios y alucionaciones auditivas. Es frecuente la sensación de persecución, distorsionando situaciones irrelevantes para convertirlas en burlas o actos de desprecio por parte de personas cercanas o desconocidas.
* esquizofrenia desorganizada: a menudo personas que no pueden valerse por sí mismas, presentan conductas propias de la regresión y se comunican de manera incoherente, perdiendo fácilmente el hilo de una conversación.
* esquizofrenia catatónica: caracterizada por disfunciones motoras, escasas horas de sueño e hiperactividad. Son frecuentes los actos de violencia, así como la adopción de poses extrañas durante largos períodos, en los que muchas veces llegan a saltear comidas y a perder el control de la vejiga y el intestino.
Pese a que los orígenes de la esquizofrenia aún no han podido ser determinados, se ha logrado reconocer que los genes, los condicionamientos sociales, el estrés y ciertas patologías que se desarrollan durante la etapa del embarazo tienen incidencia. Sin embargo, existen tantas contradicciones como teorías, lo cual dificulta tanto su detección como la elección adecuada de los tratamientos.
Es importante destacar que, aunque la esquizofrenia es una condición crónica, es absolutamente posible mejorar la calidad de vida del paciente. La psicoterapia y el suministro de ciertos fármacos forman parte de las recomendaciones médicas para tratar los síntomas esquizofrénicos y lograr el mayor grado posible de integración social. Es esencial mantener a estas personas conectadas con la realidad a través de estímulos constantes, lo cual resulta muy difícil, dado lo absorbente del mundo imaginario y sus manipuladores personajes.