Definición de energía nuclear

Lo primero que hay que hacer antes de entrar de lleno en la definición de energía nuclear es proceder al establecimiento del origen etimológico de dicho término pues así podremos entender mejor su significado.

Más exactamente nos encontramos con el hecho de que aquel está conformado por dos palabras que tienen un diferente origen. Así, la palabra energía procede del griego, del vocablo energon que era el fruto de la unión del prefijo en– que significa “dentro” y de ergon que se puede traducir como “acción”.

La palabra nuclear, por su parte, hay que subrayar que tiene su origen etimológico en el latín y en concreto en el concepto nucleus. Este tiene un singular significado: “nuez pequeña”.

Se conoce como energía a la capacidad para mover o transformar una determinada cosa. Puede tratarse además de un recurso de carácter natural que, combinado con otros elementos, se puede emplear de forma industrial.

Nuclear, por su parte, es un adjetivo que hace mención a aquello que pertenece o describe a un núcleo. El término también brinda la posibilidad de citar a todo lo que se relaciona con la energía que nace a partir de las reacciones atómicas que implican procesos de fisiones o fusiones.

Se conoce como energía nuclear, en este contexto, a la energía que se libera de modo espontáneo o artificial en las reacciones nucleares. Dicha energía puede aprovecharse para generar energía eléctrica, mecánica o térmica.

El concepto, por lo tanto, suele utilizarse para nombrar tanto al resultado de la reacción nuclear como a los conocimientos, técnicas y tecnologías vinculados a la utilización de dicha energía.

Entre los isótopos utilizados por el ser humano para hacer funcionar los reactores nucleares, los más habituales son el uranio-235 (235U), el torio-232 (232Th), el plutonio-239 (239Pu), el estroncio-90 (90Sr) o el polonio-210 (210Po).

La energía nuclear sirve para generar electricidad o analizar piezas arqueológicas, por ejemplo. También tiene aplicaciones en el ámbito de la medicina (la medicina nuclear).

Algunos países se valen de la energía nuclear para la producción de bombas y otro tipo de armamentos. La única nación que arrojó una bomba nuclear sobre una población ha sido Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial.

En concreto, nos estamos refiriendo al bombardeo que el citado país norteamericano llevó a cabo en el mes de agosto de 1945 sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. El presidente estadounidense, Harry Truman, fue quien ordenó estos citados ataques nucleares, con los que se puso fin al citado conflicto bélico y que tuvieron como resultado la muerte de más de 200.000 personas.

Un ataque directo sobre el Imperio de Japón fue esta acción que se compuso de dos acciones: el lanzamiento de la bomba nuclear Little Boy el día 6 en Hiroshima y el de Fat Man la jornada del día 9 en Nagasaki. Ellas trajeron consigo el mencionado número de fallecimientos, no obstante, hay que subrayar que, aunque muchos de ellos tuvieron lugar directamente con estos ataques, otros tantos se produjeron más tarde como consecuencia de las enfermedades y lesiones que ocasionaron esas bombas, tales como cánceres o leucemias.

Debido a los elevados riesgos de contaminación en caso de accidente y a las dificultades para el almacenamiento de los residuos radioactivos, la energía nuclear suele tener numerosos detractores.

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