Definición de doxa

Doxa es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto, procedente del griego, alude a una opinión o a un punto de vista.

En el ámbito de la filosofía, se entiende como doxa al conocimiento que no brinda una certeza absoluta. La doxa, por lo tanto, es un saber aparente y no un dato objetivo. Dicho de otro modo: la doxa no constituye un verdadero conocimiento de la realidad.

La doxa puede asociarse a la opinión.

Algunas consideraciones

Es importante señalar que el término original, en griego, puede traducirse como «fama o gloria», aunque en este marco se entiende como «opinión», y por eso hablamos de un conocimiento que no siempre es cierto sino que gira en torno a la realidad a causa de su masificación.

Antes de continuar, debemos explicar también el concepto de habitus. Por lo general, el término hábito se define como la predisposición adquirida que nos proporciona una actividad cotidiana, o bien actuar de una determinada manera. Se dice que «la conducta determina el hábito», precisamente porque cuando la repetimos con mucha frecuencia se convierte en algo habitual. Pero si internalizamos la conducta, entonces el esquema se invierte, ya que «el hábito determina la conducta».

La palabra habitus, por lo tanto, puede asemejarse a costumbre, entendida como la práctica reiterativa que tiende a fijarse como resultado de su frecuencia.

Doxa según los filósofos griegos

Varios filósofos griegos se centraron en el asunto de la doxa. Parménides empleó la noción para aludir a la “vía de la opinión”, diferente de la “vía de la verdad”. Platón, por su parte, consideraba que la doxa era un conocimiento engañoso desarrollado a partir de la imaginación y de la fe. De esta forma se oponía a la episteme, un conocimiento que podía justificarse como verdad.

Puede decirse que la doxa está vinculada a un punto de vista, con lo cual no constituye un conocimiento certero.

Siguiendo con la filosofía platónica, la doxa sería una opinión (conocimiento sensible) producto de la imaginación y de las creencias. La episteme, en cambio, aparece como ciencia (conocimiento inteligible) creado por intuición y razonamiento. Por eso la episteme se acerca al conocimiento verdadero, algo que no puede lograr la doxa.

Platón llamaba doxóforos a aquellos individuos que buscaban ascender socialmente y lucrar mediante conocimientos falsos. La doxa de estos sujetos solo aparentaba un saber, pero no era un conocimiento real.

La visión de Bourdieu

El sociólogo francés Pierre Bourdieu, por su parte, utilizó la idea de doxa en el marco de su teoría de los campos. Para Bourdieu, un campo es una red de relaciones sociales que se desarrolla en un espacio de acción. La doxa, en este contexto, son las motivaciones o ideologías que se presentan como inherentes a una actividad y que, por lo tanto, no son sometidas a cuestionamiento.

En la teoría de Bourdieu, se define a la doxa como esos esquemas de la vida cotidiana que se consideran naturales y, por lo tanto, no se cuestionan sino que se admiten tal y como son. La doxa es, en otras palabras, el habitus colectivo que se vuelve predominante en una sociedad y época determinadas, y que no exige la reflexión.

Continuando con el concepto de doxa, Bourdieu lo considera el sustento irreflexivo del accionar de los sujetos que viven en sociedad. La doxa puede atravesar cambios, cuya velocidad está íntimamente ligada a la clase de sociedad en la que se contextualice: en una conservadora tiende al estatismo, mientras que en una permeable cambiará con facilidad.

Los cambios de doxa tienen lugar entre dos periodos, pero están vinculados a los hitos, aquellos sucesos de carácter histórico que marcan a la sociedad y pueden alterar efectivamente su doxa, incluso de manera negativa (entre los ejemplos más comunes se encuentran los golpes de estado, los periodos de represión y las guerras).

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