Definición de disfunción
Una disfunción es una alteración o un problema que afecta el normal funcionamiento de algo. En el sentido más amplio, una disfunción es lo opuesto a lo funcional (aquello que cumple sus fines de manera eficaz).
En el terreno de la biología, el concepto alude a un trastorno de una función del organismo. Cuando un individuo experimenta inconvenientes en alguna etapa del acto sexual, por ejemplo, se habla de disfunción sexual.
Esta disfunción se puede registrar en cualquier momento del acto: desde el deseo hasta el proceso de excitación, llegando a la instancia de la resolución y del orgasmo. Las disfunciones sexuales, por lo tanto, impiden a la persona disfrutar de su vida sexual.
Una disfunción sexual puede tener causas psicológica, físicas o ambas de manera simultánea. En algunos casos se evidencian en el inicio de la sexualidad, mientras que en otros aparecen con el paso del tiempo.
La anafrodisia, la frigidez, la impotencia, el vaginismo, la dispareunia y la anorgasmia son disfunciones sexuales. Entre los factores que pueden provocar estos trastornos se encuentran la depresión, el uso de drogas, los tumores, los desequilibrios endocrinos, los problemas hormonales y ciertas lesiones.
Una disfunción eréctil refiere específicamente a un problema que impide al hombre alcanzar o sostener la erección de su pene, dificultando o impidiendo la relación sexual. Puede deberse a daños en los nervios, los músculos o las arterias o a motivos psicológicos, por citar algunas posibilidades.
Una disfunción cognitiva, por otra parte, afecta la percepción, la memoria y la capacidad de resolver problemas, mientras que una disfunción multiorgánica es el fallo simultáneo de dos o más órganos.
La disfunción cognitiva suele asociarse a los animales de compañía, más específicamente a los perros y los gatos, y aparece cuando alcanzan la vejez. A grandes rasgos, podemos decir que se caracteriza por alteraciones en su comportamiento y que de ninguna manera es una consecuencia inevitable del envejecimiento, sino una enfermedad que afecta solamente a algunos individuos.
Los varios síntomas que padecen los animales con disfunción cognitiva se pueden agrupar en cuatro grandes grupos, como vemos a continuación:
* trastornos de orientación: en esta categoría encontramos la sensación de extrañeza en los sitios habituales, como ser las habitaciones de su casa. Los pacientes de este tipo de disfunción se muestran perdidos o desorientados en sus propios hogares y suelen pasar momentos en los cuales parecen estar mirando al vacío;
* trastornos de interacción social: como cualquier otro problema grave de salud, especialmente los que aparecen en la tercera edad, la incomodidad y las molestias que supone la disfunción cognitiva reduce la predisposición del animal a relacionarse con los demás. En este caso particular, se dice que los pacientes ya no saludan a sus padres humanos como en el pasado y que tampoco les piden cariño o atención con mucha frecuencia;
* trastornos del sueño: los perros y gatos que sufren de esta disfunción suelen dormir demasiado durante el día, y aumentar su actividad nocturna, que puede consistir tanto en deambular por la casa como vocalizar;
* trastornos en la evacuación: los pacientes suelen defecar u orinar dentro de la casa.
Si bien no es exactamente igual a la enfermedad de Alzheimer, la disfunción cognitiva se parece bastante. Entre los perros y los gatos, son los primeros quienes la padecen con mayor frecuencia, especialmente en la franja etaria que va desde los diez a los doce años, y con una probabilidad que roza el 20%. Se recomienda a cualquier persona que conviva con animales prestar atención a cualquier anomalía en su comportamiento, ya que padecer estos trastornos sin la ayuda de un ser querido es mucho más difícil.