Definición de diseño gráfico

El vocablo italiano disegno llegó al castellano como diseño. El término se emplea con referencia a la delineación de algo o a la elaboración o configuración de un proyecto. Gráfico, por su parte, es aquello vinculado a una representación que se realiza a través de figuras o signos.

Se denomina diseño gráfico a la actividad dedicada al desarrollo de contenidos que permiten entablar una comunicación visual. El diseñador elabora un mensaje con un objetivo específico, orientado a un público determinado.

Los diseñadores gráficos son los responsables de que la información llegue, a través de un soporte visual, de manera clara y atractiva al receptor. El diseño gráfico aparece en múltiples ámbitos: desde el sector de la publicidad hasta Internet, pasando por la industria editorial, los envases y la señalética.

La definición del diseño gráfico como un oficio o una profesión es relativamente reciente. Sin embargo, el ser humano se ha comunicado a través de señales gráficas desde la Prehistoria. Por eso, en cierta manera, el hombre siempre se ha dedicado a este tipo de diseño, aunque actualmente cuenta con más herramientas y conocimientos técnicos que décadas atrás.

Hoy el diseño gráfico suele desarrollarse con instrumentos digitales, haciendo uso de computadoras (ordenadores) y programas informáticos (software). El diseñador, de esta forma, puede generar y modificar ilustraciones, composiciones de páginas, carteles, etc.

Supongamos que una empresa desea instalar nueva cartelería en sus oficinas de atención al público. El responsable de la compañía decide recurrir a un experto en diseño gráfico para realizar un logotipo, determinar los colores y las formas más convenientes y elegir la tipografía. Así puede optimizar la comunicación a través de los recursos gráficos.

La importancia de un diseño gráfico discreto

El diseño gráfico es uno de esos campos que está al alcance de todos gracias a las características de los ordenadores actuales, así como ocurre con la escritura y la programación, entre otros. Sin embargo, no es lo mismo contar con las herramientas que tener la vocación, el talento y la dedicación.

Internet nos tienta constantemente a convertirnos en diseñadores gráficos: desde el simple escalado de nuestras fotografías para su uso como avatar en una cuenta de redes sociales hasta la ardua tarea de personalizar el aspecto de nuestros blogs, nos empuja a confiar en nuestro buen gusto para combinar colores y formas. Sin embargo, pocos alcanzan resultados aceptables, ya que la mayoría cae en una serie de errores muy comunes.

Uno de los mejores consejos a la hora de crear un diseño gráfico es elaborar una paleta de colores discreta, con la menor cantidad posible de tonalidades. Para ello es fundamental partir de una idea sólida, de un objetivo claro, y eso se consigue luego de hacernos una serie de preguntas como «¿Qué quiero crear? ¿Por qué? ¿A qué público apunto? ¿Hay ejemplos similares?».

Si nos disponemos a realizar un blog acerca de la vida en la selva, por ejemplo, podríamos construir una paleta de colores con diferentes matices de verde y marrón, por ejemplo, inspirados en la vegetación. Claro que no bastaría con estos dos colores, ya que no contrastan lo suficiente, y por eso que nunca deberían faltar el blanco y el negro como base de cualquier diseño en el cual haya texto.

El problema en el que incurre la mayoría cuando da sus primeros pasos en el mundo del diseño gráfico es que sobrecarga sus creaciones, tanto de formas como de colores. La mejor decisión suele ser la que nos lleva a economizar en estos dos elementos: el diseño limpio y claro puede ser impactante y atractivo, mientras que el excesivo suele aturdir al público.

Definición siguiente →