Definición de deshidratación
Deshidratación es el proceso y la consecuencia de deshidratarse o de deshidratar. Este verbo, por su parte, alude a eliminar o perder el agua que forma parte de la composición o que contiene un organismo.
Por ejemplo: “La deshidratación de los tomates al sol puede demorar más de un día”, “Es importante ingerir mucho líquido cuando hace calor para evitar la deshidratación”, “El paciente ingresó al hospital con un cuadro de deshidratación que requirió el suministro de suero por vía intravenosa”.
En los seres vivos, la deshidratación supone un problema de salud ya que el organismo no cuenta con el líquido que necesita para su adecuado funcionamiento. Un ser humano debe beber unos tres litros de agua por día para mantener su hidratación, aunque esa cantidad puede variar de acuerdo a las condiciones climáticas y a otros factores.
El calor excesivo, el ejercicio físico intenso y enfermedades como el cólera pueden llevar a la deshidratación. Entre los síntomas más frecuentes, se encuentran la sed, el resecamiento de la piel y la fatiga. Quien está deshidratado puede marearse y sufrir desmayos. En el caso de los bebés, es habitual que presenten la boca seca y que lloren sin lágrimas.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que otros síntomas que vienen a indicar que se experimenta un cuadro de deshidratación son orinar con menos frecuencia de lo habitual e incluso tener una orina de color oscuro.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que se considera que las personas que tienen más riesgos de sufrir un cuadro de deshidratación son los bebés, los ancianos, las embarazadas y quienes practican deporte.
No menos relevante es saber que existen varios tipos de deshidratación:
-Deshidratación hipotónica, que es la que tiene lugar cuando se pierde más cantidad de sodio que de agua.
-Deshidratación hipertónica, que se considera que se produce cuando es mayor la pérdida de agua libre que la de solutos.
-Deshidratación isotónica, en la que la pérdida de solutos y de agua es muy parecida.
Asimismo, no podemos olvidarnos de la existencia de lo que se conoce como deshidratación intencional que, como su propio nombre, es la que busca la persona de forma intencionada. Lo hace para lograr el peso que desea y consiste tanto en limitar el consumo de agua como en sudar de forma excesiva.
Ante la deshidratación, lo conveniente es ingerir agua o bebidas isotónicas poco a poco. Beber mucho líquido de golpe es contraproducente ya que puede generar vómitos. Por otra parte, las bebidas con cafeína y con alcohol deben evitarse debido a que, en lugar de revertir la situación, pueden agravar la deshidratación.
Para evitar caer en este problema de salud se establece que es necesario que las personas adultas beban a diario entre 2 y 2,5 litros de agua. Además, deben llevar adelante una dieta sana, completa y equilibrada donde estén presentes alimentos tales como las verduras, las frutas, las legumbres, los lácteos, los cereales así como carne y pescado.
Los alimentos deshidratados, por otra parte, son sometidos a un proceso para extraerles el agua. Esta medida facilita su conservación, alejando la fecha de caducidad o vencimiento.