Definición de delusión
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) menciona el término delusión como sinónimo de ilusión: una imagen o una idea que una persona construye en su mente, sin correspondencia con la realidad.
Por ejemplo: “El proyecto político del empresario se basa en una delusión”, “Muchas personas viven con una delusión de seguridad”, “Cuando tomas decisiones por impulso, es habitual que luego te enfrentes a una delusión”.
El origen etimológico de delusión se encuentra en la lengua inglesa. Aunque la noción suele entenderse como ilusión, en concreto alude aquello que resulta delirante o ilusorio. La delusión, en este sentido, implica una deformación de lo real a partir de una percepción errónea.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, una delusión puede ser una equivocación perceptual, pero también conceptual. Supongamos que un niño se encuentra solo en su habitación en una noche de tormenta. Asustado, cree que las sombras de los muebles son fantasmas y que los ruidos del viento al soplar son gritos. El pequeño, por lo tanto, tiene una delusión: distorsiona la realidad a partir de las creencias que va forjando en el transcurso de la noche.
Otro modo de entender la delusión es como una idea que, pese a que los datos objetivos demuestran su falsedad, ofrece resistencia a los cambios. Por lo tanto permanece anclada en el sujeto.
Es importante tener en cuenta que la noción de delusión presenta similitudes con conceptos como delirio y alucinación. Numerosos psicólogos han reflexionado sobre estos términos y realizado aportes teóricos de gran complejidad conceptual.
Para poder afirmar que la delusión es una percepción distorsionada de la realidad, debemos estar frente a una distorsión a cargo de los sentidos. Existen numerosos dibujos usados por los psicólogos y los psiquiatras para evaluar la percepción de sus pacientes, donde se presentan figuras ambiguas, tales como un cuadro en el cual puede haber tanto un conejo como un pato, u otro en el cual parezca haber un jarrón o dos caras humanas enfrentadas.
El delirio se vincula mucho con la delusión cuando el individuo narra su realidad de una forma fantástica, partiendo de una clara distorsión de lo que percibe a su alrededor. A diferencia de una mera ilusión sensorial, que puede durar poco tiempo, este fenómeno se caracteriza por la presencia de elementos sofisticados que se amalgaman en una construcción de mayor complejidad.
Para diferenciar ilusión de alucinación, podemos decir que en esta última no existe un soporte físico que pueda ser percibido, mientras que en la primera se genera una deformación que vuelve ambigua la percepción (si pensamos en las imágenes antes mencionadas, un mismo sujeto podría ver ambas figuras de forma alternada, sin constancia). Aquí entra en juego también la idea de las sombras amenazadoras cuando sentimos miedo.
El filósofo y psicólogo Elías Manuel Capriles Arias, nacido en Venezuela en el año 1948, se apoya en el término sanscrito avidya, usado en el budismo, para profundizar en la definición de delusión. Una traducción bastante aproximada del mismo sería «ignorancia, desconocimiento», dos palabras que se oponen a «sabiduría, conocimiento». En este caso específico, podemos pensar en una falta de conocimiento del mundo que nos rodea, pero también del nuestro interior.
La delusión, por lo tanto, puede ser entendida como una «confusión«, como un «error perceptual, cognitivo o conceptual». Un buen ejemplo del modo en el que lo delusivo se manifiesta frente a nosotros como algo corpóreo es el fenómeno conocido con el nombre de autoscopia, que tiene lugar cuando el sujeto ve su propio cuerpo desde fuera mientras duerme, creyendo estar despierto. Se asocia a un estado de cansancio extremo, de falta de sueño, de miedo o también al consumo de ciertos narcóticos.