Definición de delirio
Delirio es un término que tiene su origen en el vocablo latino delirium. Esta noción se utiliza para nombrar a una alteración de la mente que lleva a una persona a alucinar y a tener pensamientos incoherentes.
Por extensión, se conoce como delirio a la manifestación de este tipo de pensamientos en palabras, acciones, etc. Por ejemplo: “Lo que has dicho es un delirio: ¿cómo voy a renunciar al trabajo si necesito el dinero?”, “Saltar en paracaídas a los 90 años es un delirio”, “La película me pareció un delirio: los personajes cambiaban de nombre en cada escena”.
Para la psicología, el delirio es un síntoma de un trastorno psicótico en el que el individuo cree cosas que no forman parte de la realidad. No se trata de una mala interpretación, de manejar información falsa o de una equivocación pasajera: el delirio es patológico y tiene su causa en una enfermedad.
Un delirio, por lo tanto, es una creencia que se sostiene y se defiende sin lógica, no puede comprobarse a través de la experiencia y es inapropiada para la cultura de la persona en cuestión. El sujeto revela un pensamiento anormal (fuera de lo común y de lo esperable) para defender su idea aún cuando, desde la razón, se le demuestre su falsedad o inconveniencia.
En el lenguaje cotidiano, el concepto de delirio se utiliza para nombrar a un proyecto o un deseo de una persona que no puede cumplirse en la realidad o que, al menos, resultará muy difícil de llevar a cabo. Si un hombre de cincuenta años que nunca fue deportista profesional dice que su sueño es jugar junto a Lionel Messi en el FC Barcelona, sus familiares y amigos podrán afirmar que su objetivo es un “delirio”.
Delirio paranoico
Los delirios paranoicos, que no deben ser confundidos con la esquizofrenia paranoide, a menudo se asientan en la personalidad, aunque lo mismo no siempre ocurre al revés: el delirio no es necesariamente un resultado de la personalidad paranoica, sino que surge por un conflicto psicoafectivo.
La realidad se ve desbordada por una serie de significaciones que, poco a poco, se convierten en parte del delirio; si bien la percepción del exterior es correcta, su representación se ve afectada, de manera que la subjetividad supera en fuerza a la objetividad.
Es importante señalar que los individuos que sufren de delirio paranoico crean sus propias justificaciones para su interpretación del mundo que los rodea, por lo cual son capaces de explicarla a través de la lógica y darle apariencia de verosímil. Se trata de un sistema sólido, conformado por una serie de ideas bien establecidas que se organizan y se enriquecen a medida que el trastorno avanza.
Algunos de los tipos de delirio paranoico más conocidos son los siguientes:
* de persecución: se trata del más común. Quienes lo sufren tienden a interpretar y explicar todo lo que les sucede, afirmando que todo gira en torno a la persecución de la que son víctimas. Se convencen de estar constantemente amenazados por personas que los envidian y les desean el mal, y muy a menudo no consiguen progresos significativos en la vida a causa de dichos supuestos obstáculos;
* de hipocondríaco: pertenece al delirio de reivindicación. El sujeto asegura siempre sufrir de algún trastorno o enfermedad, ante lo cual busca constantemente la asistencia médica, sin conseguir el éxito que espera, y esto deriva en repetidas reclamaciones;
* celotípico: los celos impiden que el sujeto disfrute de una relación amorosa, ya que existe la idea constante de que la otra persona es infiel, o bien desea serlo. Es común que se decida a investigar a sus parejas, ya sea directa o indirectamente, y la sensación de ser engañado crece hasta volverse insostenible para ambas partes.