Definición de deducir
El verbo deducir, que procede del vocablo latino deducĕre, puede aludir a extraer una conclusión de determinadas premisas o de una cierta situación. Por ejemplo: “De las declaraciones del ministro de Economía podemos deducir que habrá un nuevo aumento de impuestos en el corto plazo”, “No tengo ganas de deducir nada, quiero que tú me digas exactamente lo que ocurrió anoche en esta casa”, “Al observar el modo de caminar del joven, el policía no tardó en deducir que se encontraba alcoholizado”.
Se conoce como razonamiento deductivo al proceso lógico a través del cual, partiendo de premisas, se infiere necesariamente una conclusión. Deducir, en este contexto, implica llegar a una conclusión a partir de una sucesión finita de fórmulas:
Premisa Nro. 1: “Ningún ser humano puede volar por sí mismo”
Premisa Nro. 2: “Miguel es un ser humano”
Conclusión: “Miguel no puede volar por sí mismo”
Como es posible advertir, las premisas nos permiten deducir que, como Miguel es un ser humano, no está en condiciones de volar por sí mismo ya que ningún ser humano puede hacerlo.
Deducir también consiste en restar un monto de una cierta cantidad o cuota. La legislación fiscal de un país, por citar un caso, puede autorizar a un contribuyente a deducir el gasto de alquiler del Impuesto a las Ganancias. De este modo, si a una mujer le corresponde a priori pagar 4000 pesos de Impuesto a las Ganancias pero gasta 1500 pesos de alquiler, puede deducir esa cifra y abonar 2500 pesos por el impuesto en cuestión.
Gracias a obras literarias enfocadas en el trabajo de los detectives, los rudimentos del razonamiento deductivo se volvieron muy populares, y continúan siéndolo en la actualidad por medio de las innumerables series de televisión y películas de temática policial. Al analizar las historias de los grandes detectives, podemos aprender los métodos y las decisiones que resultan fundamentales a la hora de resolver un misterio.
Para convertirnos en auténticos maestros de la deducción podemos tomar el ejemplo de Sherlock Holmes, el personaje más ampliamente reconocido en este género, quien enfrenta los casos más desconcertantes con una actitud poco convencional, parándose tanto fuera de los límites, como dentro de ellos e incluso sobre los límites mismos.
Es a través de este grado de observación que Holmes puede realizar inferencias verdaderamente fuera de lo común. En lugar de examinar simplemente los detalles más relevantes, este detective les da importancia a todos y cada uno de ellos, con el objetivo de crear en su mente una red colosal de datos sobre la cual trabajar para deducir las respuestas a todas sus preguntas, como ser quién, por qué y cuándo.
La influencia de este personaje ficticio en los cuerpos de investigación del mundo real ha sido realmente considerable. Por citar un ejemplo, la importancia que se le da al razonamiento deductivo para intentar prevenir y resolver crímenes a través del análisis de las cosas que motivan a los criminales se debe a la forma en la que Holmes trata sus casos.
Para realizar una deducción brillante es necesario contar con muchos conocimientos, los cuales debemos interrelacionar. Llegar a esa instancia requiere un gran trabajo de observación, a lo largo del cual tenemos que recopilar tantos datos como sea posible.
Un error común a la hora de intentar deducir el significado de un fenómeno o suceso de apariencia misteriosa es economizar los recursos, recopilar solamente los datos que consideramos más relevantes. Muchas veces, el punto de partida hacia el éxito se encuentra en un detalle que parece insignificante, y es recién cuando le prestamos la atención adecuada que nos situamos en perspectiva y todos los demás puntos cobran sentido.