Definición de cura

Antes de entrar de lleno en el significado del término cura, vamos a conocer su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente de “cura”, que puede traducirse como “cuidado” e incluso como “administración de una cosa pública”.

El concepto de cura tiene varios usos. En el contexto de la religión católica, se llama cura al sacerdote. Se trata de un ministro encargado de administrar el culto y de intermediar entre los fieles y Dios.

Por ejemplo: “De chico quería ser cura, pero finalmente elegí otro camino”, “El cura de la parroquia está organizando un festival solidario para recolectar donaciones que serán enviados a las víctimas de las inundaciones”, “Tres jóvenes denunciaron a un cura por abuso sexual”.

Para convertirse en cura, un hombre debe recibir el sacramento del orden sacerdotal en una ceremonia presidida por un obispo. Las mujeres, en cambio, no pueden desempeñarse como sacerdotes. Es importante destacar que los curas deben cumplir votos de castidad, pobreza y obediencia.

La noción de cura, por otra parte, se emplea respecto a la curación: el proceso y el resultado de curarse o de curar (conseguir que una enfermedad, una dolencia o una lesión desaparezca o remita).

La cura, en este sentido, supone la recuperación de la salud. Supongamos que una persona contrae neumonía. El médico, para lograr su cura, puede recetarle antibióticos, sugerirle una dieta con abundante cantidad de líquido e indicarle reposo. Si el tratamiento da resultado, en poco tiempo el paciente logrará curarse.

Hay enfermedades que, más allá de los controles y los paliativos, no tienen cura. El sida, por citar un caso, no puede curarse, pero sí es posible que el enfermo tenga una buena calidad de vida con un tratamiento basado en el suministro de medicamentos antirretrovirales.

De la misma manera, no podemos pasar por alto la expresión cura de sueño. La misma se usa para hacer mención a una práctica que consiste en que una persona duerma durante más de lo que viene siendo habitual con el objetivo de poder recuperar el control de su sueño e incluso para dejar de lado el estrés o mejorar lo que es la estabilidad emocional.

Existen varios tipos de curas de sueños: profundo, intermedio y ligero. Cada uno de esos se utilizará en base a las necesidades del paciente y a los criterios que establezca el doctor que será el encargado de acometer este método terapéutico, en el que se le pueden dar hipnóticos.

Acabar con trastornos del sueño es uno de los motivos para recurrir a la cura de sueño. No obstante, también se puede emplear con personas que tienen ciertos problemas psicológicos, que están afrontando una situación que les ha generado un shock o que han intentado suicidarse, entre otros casos.

Dentro del ámbito informático también se emplea la palabra que nos ocupa. En su caso, se utiliza CURA para hacer mención a una aplicación de corte de impresora 3D que fue desarrollada por David Braam.

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