Definición de culminar
Culminar es un verbo que deriva del término latino culminare, que puede traducirse como “elevar” o “alzar”. En el sentido más literal, por lo tanto, la acción de culminar consiste en alcanzar el lugar o el nivel más alto al que se puede aspirar.
La astronomía toma esta significación y habla de la culminación de algún astro cuando éste atraviesa el meridiano celeste. En otras palabras, al culminar, el astro pasa por encima del observador y alcanza su altura máxima respecto a sus ojos.
Hay, de todos modos, un uso mucho más frecuente y cotidiano de la noción de culminar. Es posible emplear el concepto para nombrar a la finalización o conclusión de una actividad. Por ejemplo: “Voy a culminar mi libro sobre fútbol español con un capítulo dedicado a Andrés Iniesta”, “El boxeador quiso culminar el combate con un golpe a la mandíbula de su rival y lo consiguió”, “Los problemas sociales más graves de este país van a culminar cuando los gobernantes dejen de robar”.
Dentro del ámbito de la educación también se puede decir que habitualmente se recurre al uso del término culminar. En concreto, se emplea para dejar constancia de que una persona ha conseguido acabar un ciclo o etapa. Un ejemplo de ello puede ser la siguiente frase: “Miguel ha logrado culminar los estudios de Bachillerato, lo que supone que ahora dé comienzo un nuevo rumbo en su vida: la Universidad”.
La culminación puede ser, por lo tanto, llegar al fin de algo. Es posible que las cosas culminen porque se cumple un determinado plazo, se alcanza un resultado, etc. Los partidos de básquetbol (o baloncesto) culminan cuando se completan cuarenta minutos de juego y el marcador no está igualado. Cada set de tenis, en cambio, culmina cuando uno de los jugadores gana seis games, a menos que su rival haya obtenido cinco (en ese caso, el partido se extiende).
Asimismo, dentro de lo que es el campo de los deportes se emplea frecuentemente la palabra que nos ocupa. De esta manera, en concreto, se utiliza para referirse a que un montañero ha conseguido llegar a la cumbre de una cima que estaba escalando. Así, se considera que culminar una expedición con ese objetivo supone la recompensa necesaria al esfuerzo que ha realizado y también vivir una experiencia inolvidable. Todo ello sin olvidar que, de igual modo, le hace afrontar nuevos retos y ser consciente de que cuando se quiere conseguir algo hay que “dejarse la piel” para alcanzarlo.
También en el ciclismo se usa dicho término. Una frase que puede dejar constancia de ello es la siguiente: “Óscar consiguió ganar la última prueba del Tour de Francia después de culminar una remontada épica en el puerto más complicado y duro de la competición”.
Cabe destacar que la culminación también puede ser simbólica, cuando un sujeto alcanza un objetivo o una meta: “Haber ganado ese torneo fue la culminación de mi carrera, aunque luego seguí compitiendo varios meses más”.
Hay que exponer que, aunque culminar y terminar son considerados sinónimos por la gran mayoría, existen quienes consideran que hay una diferencia entre ambos verbos. Así dejan constancia que el que nos ocupa posee un matiz de excelencia.
En teoría musical, el final de una pieza está asociado a una serie de conceptos técnicos que colaboran con el cierre de la tensión generada a lo largo de la misma. El término más prominente a la hora de culminar una obra es el de cadencia, que puede entenderse de dos formas:
* en primer lugar, es una serie de acordes que resuelve una obra o una sección de la misma, y que por lo general desemboca en el denominado acorde de tónica (el principal);
* en el canto, especialmente en la ópera, es un espacio previo al final en el cual los cantantes pueden improvisar o bien interpretar una melodía ligeramente desprendida del resto de la composición, con un carácter muy particular, que suele servir de breve repaso de los temas principales para luego llegar al acorde dominante y finalmente resolver junto con el resto de los instrumentos.
Así como culminar un trabajo es indispensable para que haya tenido sentido todo el esfuerzo y la dedicación puestos en él, o culminar un proceso de aprendizaje es necesario para adquirir hasta el último concepto que forma parte del programa y estar listos para ponerlos en práctica, en la música es muy importante respetar el final de una obra, tanto como el resto de sus partes, ya que en sus últimos compases se cierran las ideas y se completa el mensaje que el compositor haya querido expresar a sus oyentes.
Es por eso que el trabajo de un músico incluye conservar un porcentaje de sus energías hasta el último segundo, para ejecutar con respeto y responsabilidad el final de una pieza, y para eso es necesario entrenar y adquirir herramientas técnicas que le ayuden a hacer un uso eficiente de su cuerpo. En lo que al público respecta, debe permitir al intérprete culminar sus obras antes de aplaudir o emitir cualquier tipo de respuesta; sin embargo, esto no suele ocurrir en la música popular, y muchas veces repercute en que se pierdan ciertos matices a causa del ruido.