Definición de cuarzo
El término alemán quarz llegó a nuestro idioma como cuarzo. Se trata de un mineral de gran dureza e incoloro en su estado natural, que se forma con sílice (un compuesto integrado por oxígeno y silicio).
El cuarzo, de presencia muy extendida en la corteza del planeta Tierra, es el anhidro de la sílice. En términos generales, se habla de anhidro o anhidra para hacer referencia a una sustancia que no tiene agua, y para obtenerla se deben aplicar diferentes métodos, según el caso.
El modo de obtención de la forma anhidra de un solvente que se usa con mayor frecuencia consiste en llevarlo a ebullición con una sustancia higroscópica, es decir, una que sea capaz de absorber la humedad del medio que la circunda. Por otro lado, también es posible valerse de álcalis o tamices moleculares, como el óxido de bario o el hidróxido de potasio.
El cuarzo puede encontrarse en diversas clases de rocas, mezclado con titanio, potasio, sodio, litio y otras sustancias. En la escala de Mohs, desarrollada por el alemán Friedrich Mohs en el siglo XIX, el cuarzo tiene una dureza de grado 7, lo que supone que puede rayar el vidrio y el acero común.
De acuerdo con la sustancia con la cual se mezcla, el cuarzo presenta diferentes colores y propiedades. Entre las variedades de cuarzo más conocidas se encuentran las siguientes:
* citrino: es una piedra con una gran capacidad magnética, que se cree beneficiosa para fomentar la creatividad, el dinamismo y el entusiasmo, además de atraer la abundancia;
* ágata: vibración a altas frecuencias y e dice que nos brinda seguridad y firmeza por medio de la absorción de las energías negativas;
* amatista: esta variedad de cuarzo se considera «protectora», ya que actúa a modo de alerta para mantener despierta la conciencia y potenciar la intuición. Ayuda también a deshacernos e la emociones negativas y a calmar la ira;
* cuarzo crital: es uno de los minerales más beneficiosos de esta lista, ya que amplifica y potencia la energía y la dirige hacia donde deseemos. Mucha gente lo usa para luchar contra las energías negativas que le impiden avanzar en la vida. A pesar de su popularidad en ciertos ámbitos, también es muy desconocido en otros.
Los usos del cuarzo son múltiples. Puede emplearse para fabricar papel de lija, instrumentos ópticos y gemas. También se utiliza en el desarrollo de los relojes electrónicos conocidos como relojes de cuarzo.
Estos relojes cuentan con una pieza de este material que, activada a través de una pila eléctrica, produce los impulsos que se necesitan para medir el tiempo en intervalos regulares. Por lo general el cuarzo es tallado como lámina y se coloca en el interior de un cilindro de metal que lo protege. La electricidad que aporta la pila hace que el cuarzo vibre regularmente, permitiendo realizar la medición temporal.
La historia del reloj de cuarzo se remonta a principios del siglo XX, cuando J.W. Horton y Warren Morrison fabricaron el primer ejemplar en los laboratorios de la compañía Bell Telephone, en Norte América. La empresa fabricante de relojes Seiko, de origen japonés, utilizó su propio reloj de cuarzo llamado Quartz Crystal QC-591 en el año 1964 para cronometrar los Juegos Olímpicos de Tokio. Tres años más tarde aparecieron las dos primeras versiones de pulsera, aunque todavía en estado de prototipo; uno de ellos, también fabricado por Seiko, fue el primero en llegar a las tiendas comerciales, en 1969.
Una microbalanza de cristal de cuarzo, por otra parte, es un dispositivo empleado para medir la masa. El uso de esta balanza se vincula a la medición precisa de masas muy pequeñas.