Definición de contracultura
La idea de contracultura proviene de la lengua inglesa (counterculture). Así se denomina al conjunto de las actitudes, las acciones, las costumbres y los valores que resultan opuestos a los principios de la cultura dominante.
Puede decirse que la contracultura es un movimiento que promueve y defiende estos modos de vida que son contrarios o diferentes a los más usuales. Por lo general se acepta que una tendencia es contracultural cuando existe un grupo de personas sosteniéndola durante un tiempo extendido.
La contracultura surge como una manifestación pequeña que se mantiene fuera del mercado y alejada de los medios de comunicación. Con el tiempo, dicho movimiento puede sumar adeptos y crecer: la contracultura, en este punto, puede generar un cambio en la cultura dominante o ser absorbida por ella.
El punk surgió como parte de la contracultura.
El movimiento hippie y el punk
El movimiento hippie que surgió en la década de 1960 es un ejemplo de contracultura. En sus orígenes, se trató de una corriente rebelde, que reclamaba cambios en la sociedad. Los hippies llevaban ropa y peinados que los caracterizaban, escuchaban un cierto tipo de música y hasta acuñaron sus propias expresiones. Las fuerzas de seguridad, por entonces, perseguían a los hippies y reprimían sus manifestaciones públicas. Con los años, sin embargo, la cultura dominante terminó integrando diversas facetas del movimiento hippie que antes eran contraculturales. Lucir una camiseta con el símbolo de la paz, por citar un caso, ya no es contracultural.
Otro ejemplo de contracultura es el punk. Irrumpió con críticas al sistema establecido y fomentando la autogestión individual o comunitaria. En la actualidad, en cambio, la vestimenta y la música punk son parte de la industria cultural y de la moda.
Con su reclamo de cambios sociales, el movimiento hippie es un ejemplo de contracultura.
La contracultura en los años ’60
Se habla específicamente de contracultura de la década de 1960 para hacer referencia a un fenómeno que tuvo lugar especialmente en Estados Unidos y en el Reino Unido, aunque más tarde llegó a la mayoría de los países occidentales entre esa misma década y mediados de la siguiente. Este movimiento antisistema cobró fuerza de manera simultánea al crecimiento del que luchaba por los derechos civiles en Norte América, y llegó a adquirir un carácter revolucionario cuando se expandió la intervención militar en Vietnam.
Con el correr de los años, comenzaron a aparecer nuevas formas culturales, así como una subcultura dinámica que celebraba la experimentación, versiones modernas de la cultura bohemia, y el ya mencionado movimiento hippie, entre otros estilos de vida alternativos al impuesto por la mayoría. La creatividad comenzó a tener más espacio en la sociedad, y esto se puede apreciar, por ejemplo, con el fenómeno que supuso la llegada de The Beatles y el hecho de que las películas ya no sufrieran un proceso de censura tan profundo.
Cambió de prioridades y asimilación
La contracultura de la década de 1960 se distingue claramente del antiautoritarismo, por ejemplo, un movimiento que se oponía al principio del gobierno absoluto y abogaba por las libertades civiles y la igualdad de todos los ciudadanos ante los ojos de la ley. Luego de la Primera Guerra Mundial, la «explosión de natalidad» dio lugar al surgimiento de un número de jóvenes potencialmente desilusionados al frente de la reestructuración de la sociedad democrática.
La abundancia de la posguerra permitió a muchas personas de la generación de la contracultura enfocarse en prioridades diferentes a las de sus padres, quienes habían estado sumergidos en las preocupaciones típicas de la era de la Depresión. Otro rasgo característico de esta era es que una porción significativa de los comportamientos y las causas que los representaban fue asimilada al poco tiempo por la sociedad, aunque la contracultura estuviera formada por una clara minoría. Cabe mencionar que muchos consideran el asesinato de John F. Kennedy como el punto de partida de la contracultura.