Definición de carbunclo

El término carbunclo procede del vocablo latino carbuncŭlus. El concepto, también mencionado como carbúnculo, puede hacer referencia al rubí: una piedra preciosa de gran valor.

Carbunclo, carbúnculo y rubí, por lo tanto, son sinónimos. Se trata de un mineral cristalizado de color rojizo, que se caracteriza por su brillo y su dureza. El carbunclo tiene entre sus componentes a la magnesia y a la alúmina, dos óxidos metálicos.

Los carbunclos forman parte del grupo de los corindones: minerales que pertenecen al grupo IV de acuerdo a la llamada clasificación de Strunz, un sistema ideado por el científico Karl Hugo Strunz en 1938. Según la escala de Mohs (creada por Friedrich Mohs) que ordena a los minerales según su dureza, el carbunclo y el resto de los corindones pertenecen a la dureza 9.

Es importante destacar que la idea de carbunclo también se utiliza para nombrar al carbunco, una enfermedad grave y contagiosa que produce la bacteria Bacillus anthracis. El carbunclo o ántrax maligno suele afectar al ganado, aunque se transmite al ser humano.

Cuando hablamos de carbunclo como enfermedad que afecta al ganado, merece la pena destacar una serie de datos importantes al respecto, como son los siguientes:
-Uno de los principales problemas para poder acabar con la misma es que la misma puede volver a resurgir de forma fácil. Y es que, al parecer, la bacteria que la produce tiene una forma de espora que hace que se quede bien sujeta a la tierra incluso durante mucho tiempo. De ahí que cuando se labra esa, la bacteria vuelve a resurgir.
-Esta enfermedad es muy peligrosa y mortal para el ganado. Así, se sabe que en 24 o 48 horas de haberla contraído los animales pueden morir. El síntoma que indicará que ese fallecimiento ha sido consecuencia de la citada patología es un sangrado por los distintos orificios del cuerpo. Sangre, eso sí, que no llega a coagular.
-Se establece, además, que el ganadero que se encuentre con un animal muerto por esa causa debe de tomar una serie de medidas importantes. Primero, no estar en contacto con la sangre sin protección porque podría contraer la enfermedad y segundo, no mover el cuerpo del animal para trasladarlo a otro lugar porque eso traería consigo que la sangre y, por tanto, las bacterias se fueran “propagando” por más terreno.
-Los expertos en veterinaria lo que recomiendan ante la muerte de un animal por carbunclo es enterrarlo directamente donde está su cuerpo ya inerte. Para eso habría que enterrarlo y luego echarle por encima cal viva.

En el caso del hombre, el carbunclo puede ser inhalatorio, intestinal o cutáneo. El carbunclo inhalatorio, que suele ser mortal, se caracteriza por la fiebre, la tos, los problemas respiratorios, la cianosis y la sepsis.

El carbunclo intestinal, poco habitual, se asemeja en principio a una gastroenteritis, pero puede derivar en un choque séptico fatal. El carbunclo cutáneo, por último, es el más frecuente, caracterizado por la aparición de pápulas.

En algunos países, por último, se llama carbunclo al cocuyo, un insecto coleóptero americano que emite luz por las noches.

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