Definición de cántaro
El vocablo griego kántharos llegó al latín como canthărus, y luego a nuestra lengua como cántaro. Además de lo indicado tenemos que señalar que la palabra griega se utilizaba para hacer mención a una especie de escarabajo aunque luego, con el paso del tiempo, comenzó a emplearse también para referirse a un vaso que contaba con pie con forma de copa de vino, boca ancha y dos asas.
El concepto se emplea para nombrar a un recipiente de tamaño considerable, cuya estructura es angosta en la parte inferior y en la boca, pero ancha en el centro.
Los cántaros, que se fabrican con metal o con barro, suelen tener asas o manijas. Estas vasijas se utilizan para conservar o trasladar fluidos. La noción también puede usarse para nombrar al contenido del recipiente.
Por ejemplo: “El linyera siempre recorría la ciudad con un cántaro de vino en su mano derecha”, “¡Ten cuidado! Si se te cae el cántaro, se romperá en mil pedazos”, “En la fiesta bebimos dos cántaros de licor”.
Los primeros cántaros fueron creados hace miles de años. Se trata de piezas habituales de la llamada “alfarería de agua”, consistente en la fabricación de productos de arcilla o barro para el almacenamiento y el transporte de agua. Las formas y los estilos de los cántaros fueron cambiando con el correr de la historia, tal como se puede advertir a través de la arqueología.
En la historia del arte en muchas ocasiones los cántaros se han convertido en parte esencial de las obras artísticas. Buena muestra de eso son ejemplos como estos:
-“El aguador de Sevilla”, pintura del año 1620 que fue realizada por Diego Velázquez.
-“Las mozas del cántaro”. Se trata de un lienzo pintado en el año 1791 por Francisco de Goya con el objetivo de que pudiera decorar el despacho del rey Carlos IV en El Escorial.
Asimismo, otros pintores como Julio Romero de Torres o Picasso introdujeron a los cántaros en muchas de sus obras.
A partir del término se desarrollaron diversas frases populares. Cuando se intenta advertir sobre los riesgos de una conducta reincidente, se dice que un cántaro que va mucho a una fuente finalmente se rompe. Por otra parte, cuando se registran precipitaciones muy abundantes, suele exclamarse que llueve “a cántaros”.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de un local en Madrid que responde al nombre de “Cántaro blanco”. Se trata de una lechería moderna que puede encontrarse en el famoso barrio de Malasaña y que ha venido a rememorar la manera de vender leche que existía décadas atrás.
Así, ahora la leche se vende a granel en este establecimiento, en su mayoría. Además, destaca porque ofrece una gran variedad de leches: de vaca, de cabra, de oveja, de soja, de arroz, sin lactosa, desnatada, semidesnatada…
Yogur y todo tipo de productos lácteos también cobra protagonismo en este local.
Cabe destacar que, más allá de su función original, también existen los cántaros que se empleaban como instrumentos musicales. En estos casos la vasija se convertía en un idiófono que, al ser golpeado con una alpargata o con la mano, funcionaba como instrumento de percusión.