Definición de cachorro
La etimología de cachorro nos lleva al vocablo latino catŭlus. Un cachorro es la cría de diversos animales mamíferos, como el perro, el gato, el lobo y el león. Se trata, por lo tanto, de la descendencia de estas especies.
Por ejemplo: “Mi perra tuvo ocho cachorros”, “En la plaza hay un cachorro que parece estar perdido”, “El zoológico anunció que la pareja de osos polares tuvo dos cachorros que nacieron en perfectas condiciones de salud”.
Los cachorros son el efecto de la reproducción de los animales. Cuando estos mamíferos se aparean, la hembra puede quedar preñada y luego dar a luz a uno o más cachorros. Puede decirse que los cachorros son el equivalente a los bebés del ser humano.
Y como ocurre con los bebés humanos, los cachorros también necesitan del cuidado de sus progenitores en la primera etapa de la vida. Recién a medida que crecen empiezan a desarrollar las aptitudes necesarias para subsistir por su propia cuenta. Mientras son cachorros, deben llevar a cabo numerosos procesos de aprendizaje.
Otro de los puntos en común que los cachorros tienen con los bebés humanos es la ternura que despiertan en nosotros: su forma aparentemente torpe de caminar, su forma efusiva de reaccionar ante cualquier concepto nuevo para ellos, sus ojos llenos de ilusión e inocencia, todo esto nos hace querer estrujarlos entre nuestros brazos y cuidarlos toda la vida. Sin embargo, el paso del tiempo puede borrar esta ternura y acarrear el abandono.
En la época de las fiestas, tanto en Navidad como en Fin de Año, así como en los cumpleaños, es muy común que los adultos regalen cachorros a los niños, justificando su acción con el hecho de que cuidar a un ser indefenso puede enseñarles una lección de vida invaluable para convertirse en seres responsables. Sin embargo, un porcentaje alarmante de estos animales acaban en perreras o en las calles, abandonados por sus propias familias cuando ya no quieren continuar compartiendo sus vidas con ellos.
Una de las razones por las cuales la gente abandona a los perros es que siente que ya no puede controlarlos, es decir, que sus métodos de enseñanza no sirven y los animales no responden como esperan. Ya sea que dañen objetos de valor, que se escapen o que se enfrenten a otros perros, el carácter de un ser vivo no se encuentra en un catálogo y en gran parte depende de la crianza que reciba. Sea cual sea el motivo, nada justifica dejar a alguien en la calle o en una perrera.
Cuando vemos a un cachorro en un anuncio o por la calle, por lo general no nos detenemos a pensar que un día se convertirá en un adulto y que quizás no estamos preparados para convivir con ellos. No somos conscientes de la complejidad de sus necesidades afectivas, ni de las consecuencias que puede tener la costumbre de darle a un bebé todos los gustos. Todo esto empeora si la adopción se da por medio de una tienda de animales, ya que de este modo apoyamos la explotación animal.
En el lenguaje coloquial, se llama cachorro al integrante de una nueva generación que se prepara para suceder a la precedente en un cierto ámbito: “¡Ese es mi cachorro! Cuando me jubile, sé que la empresa quedará en buenas manos”, “Los cachorros del club se vienen con todo: hay varios que ya están preparados para sumarse al equipo profesional”, “Ven, cachorro, te enseñaré cómo se usa esta máquina”.
“Cachorro” también es el título de una película que dirigió el español Miguel Albaladejo, el apodo de un músico argentino (Cachorro López) y el nombre de varios equipos deportivos (Cachorros de Chicago, Cachorros de Acaponeta).