Definición de cabecera
El concepto de cabecera se utiliza de diversas maneras. Ya sea en su forma femenina (cabecera) o masculina (cabecero), puede aludir a la pieza del mobiliario que se ubica en el sector de la cama donde se colocan las almohadas.
Esta cabecera pueda tener una finalidad estética o usarse para proteger la pared de las manchas que se producen por el roce. Por ejemplo: “Me gustaría tener una gran cama matrimonial con cabecera”, “Compré una cabecera de madera para ocultar la pintura sucia de la pared”, “Cuando intenté encender la luz, me golpeé la mano con la cabecera”.
Las mesas rectangulares también poseen cabeceras, que son los dos extremos más pequeños. Si hacemos caso de cuestiones protocolares, en estas dos puntas deben sentarse las personas más importantes del grupo, aquellas que se encuentran en los puestos más altos de la jerarquía. Dentro de una familia tradicional, por ejemplo, son la madre y el padre quienes deben ocupar dichos asientos, mientras que en una empresa se destinan a los gerentes y directores.
En el ámbito de la arquitectura, se llama cabecera a la parte de un edificio religioso que resulta opuesta al imafronte (la fachada). Por lo general la cabecera se orienta al este y suele albergar el altar. El estilo de la cabecera, de todos modos, varía de acuerdo a la época.
La idea de cabecera también aparece en el terreno de las telecomunicaciones y de la informática. En un sistema de televisión por cable, la cabecera es la instalación que recibe las señales para procesarlas y luego distribuirlas vía cable.
La cabecera o header, por otra parte, es la información complementaria que se sitúa al inicio de un bloque de datos y que indica cómo deben tratarse los datos en cuestión.
También existe el término archivo de cabecera (con sus variaciones, como ser fichero de cabecera o de inclusión, todos derivados del concepto inglés header file), que hace referencia a un archivo que el compilador debe incluir automáticamente cuando procesa otro, según las indicaciones de los desarrolladores. Los lenguajes de programación en los que se usa esta práctica son C y C++, entre otros.
Por lo general, un archivo de cabecera consta de una declaración directa de ciertos identificadores, como pueden ser variables, clases y subrutinas. Cuando un programador necesita declarar un identificador estándar en varios archivos de código, puede ponerlos en un solo archivo de cabecera y luego incluirlo cuando sea necesario. La declaración de las funciones estándar en las bibliotecas de C y C++ suelen hacerse en archivos de cabecera.
Una de las ventajas del uso de archivos de cabecera es que contribuye con la división de los programas en pequeñas partes que puedan ser organizadas y reutilizadas con gran comodidad, en lugar de usar un solo archivo de considerable extensión. En la actualidad, esta práctica es la más común, por lo cual no se trata de una táctica que solamente los más hábiles utilicen, sino de un aspecto fundamental de la programación en ciertos lenguajes.
Claro que, como todo, los archivos de cabecera tienen sus desventajas. Por ejemplo, obligan al desarrollador a realizar los cambios en dos lugares diferentes cada vez que desean modificar una definición (algo que ocurre cuando agregan o quitan parámetros, entre otros casos). Ciertos lenguajes, como ser Java, reemplazan los archivos de cabecera con esquemas de nombres, aunque una de las consecuencias negativas es un aumento del espacio necesario y del tiempo de ejecución.
En la organización administrativa o política de un territorio, por último, se denomina cabecera a una localidad que actúa como capital de una región, albergando las instituciones gubernamentales. También se le dice cabecera al principal centro urbano de una zona.