Definición de broncear

La primera acepción de broncear que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace referencia a dotar a algo de la tonalidad del bronce: es decir, del color rojizo amarillento característico de la aleación que combina cobre y estaño.

Lo habitual es que broncear aluda específicamente a lo que se hace cuando la piel adquiere un tono oscuro. Este cambio en la coloración puede producirse mediante una sustancia artificial o a través de los rayos solares.

La piel se broncea cuando se registra un aumento de melanina, que es un pigmento presente en el citoplasma de algunas células de los seres humanos y del resto de los animales vertebrados. La luz ultravioleta de los rayos del sol favorece la síntesis de la melanina: de este modo, si una persona se quiere broncear debe exponerse a la radiación solar.

Al broncearse, la piel de un individuo puede adquirir un color similar al del bronce, aunque ese oscurecimiento depende de la genética de cada uno. Actualmente en muchos países occidentales se busca el bronceado por cuestiones estéticas.

Es importante tener en cuenta que el acto de broncear puede generar beneficios a la salud debido a que el sol es clave para la síntesis de vitamina D (que contribuye al fortalecimiento de los huesos y a lograr una mejora de las defensas del organismo). Sin embargo, si la exposición al sol es exagerada pueden producirse quemaduras en la piel y se incrementa el riesgo de cáncer.

Cabe destacar, por otra parte, que existen productos cosméticos que se usan para broncear la piel. Se trata de los bronceadores, compuestos por sustancias que estimulan la producción o la activación de la melanina.

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