Definición de brincar
El verbo brincar tiene varias acepciones. El primer significado que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace referencia a dar brincos: la acción que lleva a levantar ambos pies de la superficie.
Algunos ejemplos
Por ejemplo: “Cuando era chico disfrutaba al brincar sobre los charcos que se formaban con la lluvia”, “Al ver a su padre luego de tres meses, el niño comenzó a brincar y a gritar”, “El joven se lastimó tras brincar sobre un tronco”.
Los niños suelen brincar para jugar o expresar emociones
En el primer ejemplo podemos apreciar uno de los matices más comunes de este verbo, que es el de «juego«. Los niños suelen realizar esta acción (que tiene un carácter mucho más espontáneo y menos medido que un salto) con el objetivo de divertirse. Es también una de las tantas cosas que hacemos durante nuestros primeros años de vida para conocer mejor nuestro entorno, y a veces surge como respuesta ante los nuevos estímulos.
La segunda oración también nos aporta otro matiz muy importante del verbo brincar: la alegría. El niño había pasado tres meses sin ver a su padre, y cuando finalmente se volvieron a encontrar, no pudo contener sus emociones, de manera que su cuerpo reaccionó exteriorizando un gran volumen de energía positiva, la cual resulta de canalizar la ansiedad, la angustia y la impaciencia, con gritos y brincos.
Llegamos al último ejemplo, en el cual el brinco no necesariamente se produce como forma de expresar otro sentimiento, y quizás tampoco como parte de un juego, sino en medio de una exploración improvisada de un espacio natural. Lejos de ser un deportista con años de entrenamiento, el sujeto decide brincar para subirse a un tronco, pero no calcula la fuerza y la altura de manera correcta, por lo cual se causa un daño.
Brincar, saltar y más
Saltar, en el sentido de subir a un lugar más alto (ya sea físico o simbólico), también puede nombrarse como brincar: “Creo que, después de tantas temporadas brillando en el baloncesto español, el jugador argentino ya está listo para brincar a la NBA”, “Tuve que brincar para recuperar la pelota que había quedado enganchada de una rama”, “Me cansé de ser un empleado más, merezco brincar a la gerencia y recibir un salario mejor”.
Tanto en el primer ejemplo como en el tercero podemos ver un uso simbólico del verbo brincar, que nos habla de «dar un salto» a una posición más alta dentro de una jerarquía. Por lo general, esta acepción en sentido figurado está relacionada con aquellos ámbitos en los cuales el talento y el trabajo duro son elementos fundamentales, como pueden ser el deporte profesional o el ámbito corporativo.
Un joven brincando en plena calle
Brincar, por otra parte, alude a experimentar una conmoción del ánimo: “Estaba durmiendo y la explosión me hizo brincar”, “No voy a brincar por una noticia semejante ya que estaba dentro de lo esperado”, “¿Por qué me haces brincar diciéndome algo así? No quiero estresarme”.
Aquí tenemos otra acepción relativamente simbólica, que se relaciona con la expuesta más arriba para hablar de «juego» y «alegría», porque se trata de una reacción, de un sobresalto, de una acción poco medida, nada premeditada y que surge como resultado de una emoción muy difícil o imposible de controlar.
Como nombre propio
La Fundación Brincar por un Autismo Feliz, por último, es una institución argentina fundada en 2010. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con algún trastorno del espectro autista, comenzando con la detección temprana y manteniendo el acompañamiento hasta la adultez. La entidad trabaja con individuos con autismo, sus familiares, profesionales de la salud y la comunidad en general.