Definición de autómata

La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) del término autómata alude al dispositivo que cuenta con un mecanismo interno que le permite realizar ciertos movimientos o desarrollar determinadas tareas.

Por ejemplo: “El flamante vehículo presentado por la compañía alemana ofrece la posibilidad de conducción autómata”, “Ayer compré una cafetera autómata que se enciende a la hora programada y prepara el café por su cuenta”, “El gobierno adquirió tres perforadoras autómatas de tecnología avanzada para explorar el subsuelo en búsqueda de hidrocarburos”.

El concepto también se utiliza para nombrar al robot de apariencia humanoide o animal que imita los movimientos corporales del ser vivo. “Una firma japonesa diseñó un autómata capaz de limpiar la casa”, “Los empresarios sueñan con autómatas que reemplacen a los trabajadores humanos para reducir los costos”, “Inauguran un restaurante donde la comida es preparada por autómatas”.

Los primeros autómatas surgieron hace miles de años, con funcionalidades muy limitadas. En la Edad Media se avanzó en la complejidad de estas máquinas hasta que, en el siglo XVIII, se produjo un auge. Hoy en día existen autómatas que pueden realizar con éxito distintas tareas propias del ser humano, e incluso reemplazarlo en algunos contextos.

Autómata, por otra parte, es el calificativo que reciben los individuos que actúan de manera irreflexiva: “Miles de personas caminan observando sus teléfonos, como autómatas”, “¿Puedes dejar de contestar como autómata y prestar atención a lo que te estoy diciendo?”, “No quiero un presidente autómata que se limita a obedecer las órdenes de los poderosos”.

En el libro titulado «La Universidad Blanca«, publicado en el año 2015 por el escritor valenciano Ismael Belda, una de las historias trata acerca de las aventuras de un autómata de aspecto humano que se pasea por California y, entre los sucesos más interesantes que le ocurren, tiene la oportunidad de conversar con los fantasmas de Vlad Tepes y el marqués de Sade. Se trata de una novela escrita en verso que, junto con una suerte de cancionero, complementa el extenso poema que hace de pieza central.

Dentro del mundo de la literatura, no es posible ignorar la inmensa labor de Isaac Asimov, el celebrado escritor de origen ruso que ha legado una serie de obras de gran importancia para la la ciencia. Gracias al cine, algunas de sus historias han llegado a más gente, y el tema de los autómatas era sin duda uno de los que más le fascinaban.

Además de la película «Yo, robot«, protagonizada por el actor estadounidense Will Smith, en el año 2014 se estrenó «Autómata«, con el español Antonio Banderas al frente del reparto. Se trata de una historia de ciencia ficción que, así como la primera, reflexiona acerca de las leyes de la robótica definidas por Asimov y lo que podría ocurrir si un robot dejase de obedecer alguna de ellas.

La trama nos lleva al año 2044 y nos muestra la vida de Jacq Vaucan, un agente de seguros que se encuentra en medio de una investigación acerca del mal funcionamiento que presentan ciertos robots en una compañía multimillonaria denominada ROC.

A medida que pasa el tiempo, Vaucan comienza a descubrir una faceta de los autómatas que no esperaba ver: así como en la película «Yo, robot«, éstos creen estar vivos, ser más que meros dispositivos con inteligencia artificial. Ambas historias comparten ciertos elementos, aunque «Autómata» plantea una realidad más propia del fin del mundo.

Si bien en la realidad los científicos no han conseguido crear autómatas tan complejos como los personajes de dichas películas, la contradicción entre la búsqueda de un alto nivel de inteligencia y el miedo a que la usen para volverse en contra de los seres humanos es una preocupación que comparten con la ficción.

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