Definición de astringente

El adjetivo astringente permite calificar a aquello que provoca en la lengua una sensación que combina la amargura y la sequedad. El concepto suele aplicarse también con referencia a los medicamentos y los alimentos que astringen: es decir, que estriñen (dificultan la evacuación de la materia fecal) o que estrechan los tejidos.

Se denomina astringencia a la condición de astringente. Hay sustancias que disponen de esta propiedad y que se aplican sobre la piel con el objetivo de retrotraer el tejido; son útiles para combatir las hemorragias y las inflamaciones, y colaboran con el proceso de cicatrización. Los alcoholes, los taninos y las sales de bismuto son algunos de los astringentes más conocidos.

Los taninos son compuestos cuyas propiedades resultan adecuadas para la coagulación de las proteínas presentes en nuestra piel: generan en la mucosa digestiva una capa seca que le provee la protección necesaria contra los agente externos, a la vez que la desinfecta coagulando las proteínas bacterianas.

El contenido en taninos de las frutas comienza a disminuir cuanto más tiempo se dejen madurar, y lo mismo ocurre al cocerlas. Un ejemplo muy común de este cambio se puede apreciar al comparar el sabor astringente de una manzana cruda con el de una cocida al horno.

Además de promover la cicatrización de la piel, los alimentos ricos en taninos detienen el sangrado, son antibacterianos y antioxidantes. Algunos de los alimentos astringentes más beneficiosos son los siguientes:

* acerola: se trata de una fruta especialmente astringente, con un contenido en taninos que va desde el 20 hasta el 25 por ciento. Por otro lado, también se encuentra entre las mayores fuentes naturales de vitamina C (como referencia, la naranja tiene cincuenta veces menos);

* algarrobo: es un árbol cuyo fruto se recomienda especialmente para detener los procesos de diarrea;

* arándanos: las propiedades antimicrobianas de esta fruta ayudan a combatir las infecciones del intestino, y complementan perfectamente su efecto astringente;

* bolsa de pastor: esta planta se usa con gran éxito en el tratamiento externo de las hemorroides;

* caqui: una fruta que contiene mucílago, muy útil en el suavizado de las mucosas intestinales. Se usa para tratar dolencias y llagas en la parte interna de la boca, así como para curar la gastritis;

* falso pimentero: la corteza de este árbol se usa por vía externa para el cuidado de la piel;

* frambueso: con sus hojas es posible elaborar enjuagues bucales, antisépticos y antiinflamatorios para la piel;

* gayuba: también se conoce con el nombre de uva de oso, y se trata de un producto astringente natural que muchos aprovechan para la curación de heridas;

* granada: entre los usos de esta fruta se encuentran los tratamientos contra las inflamaciones del estómago y los intestinos, los gusanos intestinales y la gastritis.

En cuanto a los sabores astringentes, pueden encontrarse en frutos, infusiones y vinos. En el caso del vino tinto, la presencia de taninos hace que se trate de una bebida astringente, una característica sobre todo evidente en los vinos más fuertes (que son los que cuentan con una cantidad más elevada de taninos).

La diferencia de astringencia entre los vinos tintos y los vinos blancos obedece a las características del proceso productivo que atraviesa cada uno. La uva, en el vino blanco, se cosecha al alcanzar una cierta madurez y se separa de sus palillos. Por esta razón, los taninos son dulces. Cuando los palillos no se separan del modo adecuado, los taninos se vuelven amargos y más astringentes.

El proceso de elaboración del vino tinto, por su parte, implica la mezcla de la pulpa, los hollejos y las semillas con el mosto, haciendo que los taninos le otorguen el color característico y el sabor astringente habitual.

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