Definición de asincrónico
El adjetivo asincrónico califica a aquello que no posee sincronía. Este término (sincronía), por su parte, alude a lo que coincide en el tiempo. Existen, en este marco, diversos elementos que son asincrónicos.
Se denomina comunicación asincrónica al proceso comunicativo que se lleva a cabo sin coincidencia temporal. Esto quiere decir que la emisión y la recepción de los mensajes están separadas por un cierto periodo de tiempo.
Lo asincrónico carece de sincronía.
La correspondencia postal
La correspondencia postal es un ejemplo de comunicación asincrónica. El emisor (quien escribe la carta y la envía) sabe que su mensaje no será respondido instantáneamente. El receptor (aquel que recibe la carta), por su parte, también comprende que podrá acceder al contenido recién al recibir físicamente la correspondencia (que es el canal de transmisión del mensaje).
Una persona puede escribir una carta en Portugal y enviarla el 5 de enero desde dicho país hacia Colombia. El destinatario recibe la carta el 12 de enero y lee el mensaje en esa fecha. Así se desarrolla esta comunicación asincrónica.
El correo postal es un ejemplo de comunicación asincrónica.
Lo asincrónico en una transmisión televisiva
La exhibición de un evento por televisión también puede resultar asincrónica cuando se realiza en diferido. Si un canal de TV registra el desarrollo de un concierto que tiene lugar el sábado pero lo emite el martes siguiente, existe una asincronía.
La realización del concierto (sábado) no coincide en el tiempo con su exhibición televisiva (martes). En cambio, si la transmisión se hubiese llevado a cabo en vivo y en directo, los televidentes hubieran tenido la posibilidad de observar las acciones simultáneamente a su desarrollo real.
Búsqueda de la inmediatez
Resulta muy curioso notar que, a pesar de la necesidad que el ser humano ha desarrollado en las últimas décadas por obtener respuestas inmediatas y vivir a un ritmo desenfrenado, gran parte de nuestras actividades se caractericen por un flujo asincrónico. La correspondencia postal es un ejemplo que puede parecer propio del pasado, pero su versión digital, el servicio de correo electrónico, también es asincrónico.
A raíz de la necesidad recién mencionada de acelerar la comunicación, el correo electrónico ha perdido mucha popularidad, en pos de las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea. Una vez más, ninguno de ellos se da de una forma verdaderamente inmediata, dado que existe un gran número de factores que conlleva un cierto retraso en la comunicación, como ser la inestabilidad de las redes y la imposibilidad de realizar todos los procesos de forma simultánea.
Técnicamente, el chat es el máximo exponente de comunicación sincrónica —lo opuesto a la asincrónica—, ya que permite a dos o más individuos mantener conversaciones con una fluidez comparable a la que podrían experimentar cara a cara. Desde un punto de vista técnico, no podemos denominarlo asincrónico porque las tareas más superficiales se realizan de forma seguida, una tras otra, independientemente de los miles de procesos intermedios.
Causas de un proceso asincrónico
Es importante señalar que los procesos asincrónicos no siempre suceden por las mismas razones. Por un lado se encuentran aquellos que no pueden llevarse a cabo de otra forma, como es el caso de la correspondencia postal: no existe un medio que nos permita enviar una carta físicamente de un punto a otro del planeta de manera instantánea. Sin embargo, a veces se trata de una decisión que no surge como resultado de una limitación, sino como parte de un diseño consciente.
En la programación surgen muchos desafíos relacionados con el rendimiento de los procesadores, que por lo general veces obligan a los desarrolladores a priorizar ciertos procesos o bien la inmediatez con la que se llevan a cabo, y esto deriva en que la ejecución sea de tipo sincrónico o asincrónico. Dependiendo del programa, el usuario no siempre percibe esta diferencia ya que —desde su punto de vista— todo ocurre a gran velocidad.