Definición de arrojo
El término arrojo se emplea con referencia a la valentía, la audacia o el coraje. Actuar con arrojo, por lo tanto, implica hacerlo con valor o bravura. Por ejemplo: “La mujer se lanzó al agua con arrojo para rescatar al bebé”, “Si quieres triunfar en la vida, debes actuar con arrojo, pero midiendo las consecuencias de tus actos”, “Necesitamos un gerente que tome decisiones con arrojo”.
Entre los muchos sinónimos que podemos encontrar del término arrojo, además de los expuestos en el párrafo anterior, los más comunes son los siguientes: «osadía, valor, intrepidez, ardor, bravura, brío, resolución, vivacidad, decisión, arrestos, entusiasmo, celo, temple» y «agallas». Como puede apreciarse, se trata de una auténtica lista de cualidades que el ser humano suele apreciar y tomar como metas para que formen parte de su personalidad.
Cuando alguien actúa con arrojo, no se enfoca en el miedo que pueda causarle la situación que enfrenta, sino en los objetivos que alcanzará si supera con éxito los obstáculos. Se trata de una expresión de valentía a la que todos deberíamos aspirar en los momentos más difíciles de la vida, ya sea para salir airoso de una época ardua o bien para ayudar a los demás a conseguirlo.
En este sentido, el arrojo es propio de los héroes, pero no solamente de aquellos que pertenecen a la ficción, ni de seres fornidos capaces de enfrentarse físicamente con grandes bestias, sino de personas aparentemente comunes que toman la decisión de no dejarse avasallar por las desgracias, de madres, padres, hijas e hijos que en medio de la adversidad actúan con una valentía más que extraordinaria y así logran salir adelante.
Arrojo, por otra parte, puede ser una conjugación del verbo arrojar (lanzar con violencia, echar): “Si arrojo las llaves desde aquí, ¿crees que puedes atraparlas?”, “Ahora que vivo solo, tengo que aprender que, cuando arrojo un papel al suelo, no habrá nadie que lo recoja”, “Vamos a hacer lo siguiente: tú corres por la izquierda para despistarlos, y yo arrojo el balón a la derecha, adonde está Luis”.
Si el vocablo se acentúa en la segunda letra O (“arrojó”), también se trata de una conjugación de arrojar: “¡Oficial! Detenga a ese muchacho: recién arrojó una piedra contra mi automóvil”, “En un rapto de furia, el hombre arrojó el teléfono por la ventana”, “El atleta ucraniano arrojó la jabalina con todas sus fuerzas y consiguió un nuevo récord”.
El verbo arrojar se encuentra a mitad de camino entre el habla cotidiana y el lenguaje culto, ya que puede formar parte de ambos, dependiendo del contexto. En las conversaciones informales, es más común recurrir a palabras como «tirar» o «lanzar», entre muchas otras, según la región de habla hispana.
En el mundo del deporte, por otro lado, es normal el uso de arrojar para hacer alusión a la acción de impulsar un balón por el aire con fuerza, o bien lanzarse contra un objetivo. Dado que para superar un enfrentamiento deportivo también es necesario contar con una serie de cualidades, como ser la entrega, la disciplina y, muchas veces, la valentía, tampoco es raro encontrarse con el término arrojo para describir una jugada admirable y muy arriesgada en medio de un momento clave.
En España, más precisamente en el concejo de Quirós de la comarca de Oviedo (Principado de Asturias), Arrojo es el nombre de una parroquia (una entidad administrativa). Tiene una superficie de 3,42 kilómetros cuadrados y una población que no llega al centenar de habitantes.
San Martín de Arrojo, también conocida como Arrojo, es además una parroquia del municipio de Fonsagrada, que pertenece a la provincia española de Lugo (Comunidad Autónoma de Galicia).