Definición de argot
Argot es un término francés, aceptado por la Real Academia Española (RAE), que alude a una jerga: un tipo de lenguaje particular que emplean los integrantes de un grupo. El argot es compartido por quienes se dedican a determinados quehaceres o labores, en ocasiones con la intención de dificultar el entendimiento de las comunicaciones a las personas ajenas al grupo.
Por ejemplo: “No entendí exactamente cómo será la intervención quirúrgica ya que el cirujano utilizó un argot médico demasiado específico para mí”, “Al trabajar durante años como vendedor ambulante, aprendí el argot callejero del barrio”, “En el argot mexicano se le dice chela a la cerveza”.
El argot es usado por un conjunto de individuos que tienen ciertas características en común: puede tratarse de su oficio, su lugar de origen, sus pasatiempos o su clase social, por citar algunas posibilidades. Los términos suelen surgir cuando no existe una traducción específica de un concepto y, con los años, pueden incorporarse a la lengua general.
Los delincuentes suelen apelar al argot como lenguaje cifrado, aunque muchos de los términos luego se vuelven de uso común en toda la sociedad. Un ladrón argentino puede señalar: “Cuando cayó la yuta, agarré el chumbo, empecé a tirar y bajé a un cobani”. La expresión alude a que, al arribar la policía (yuta) a un lugar, el criminal tomó el revólver (chumbo), comenzó a disparar y mató a un agente (cobani).
En el argot periodístico, un reportero puede comentar a un compañero: “Para el vivo, preparé un refrito”. En este caso, está haciendo mención a que, para la transmisión que se llevará a cabo en directo, tiene previsto volver a referirse a un tema que se ha tratado con anterioridad.
Tomando en cuenta los ejemplos expuestos hasta el momento, podemos distinguir con claridad dos usos del argot: proteger cierta información de su divulgación inadecuada; agilizar la comunicación en un ámbito profesional especializado. En el primer grupo encontramos casos que van desde la delincuencia hasta el fenómeno que se da en ciertas franjas etarias, especialmente en la adolescencia, cuando los seres humanos solemos acceder a un lenguaje difícil de entender por los adultos.
Mientras que la intención no sea hacer daño a nadie, usar un argot para evitar que las personas ajenas a nuestro grupo entiendan nuestras conversaciones no parece tener nada de malo; de hecho, si estamos trabajando en un proyecto para una competencia, por ejemplo, resulta más que adecuado para reducir las probabilidades de plagio.
Dentro del mundo profesional, el argot aparece de forma inevitable, tanto a lo largo de la etapa de formación inicial como durante las diferentes experiencias en el ámbito laboral. Este conjunto de palabras y expresiones que pueden proceder de algún idioma extranjero, o bien ser deformaciones de términos locales, suelen carecer de sentido para las personas ajenas al rubro.
En el mundo de la programación informática, por ejemplo, se habla de «source» para hacer referencia al código fuente, y suele pronunciarse surs, sin ningún respeto por la fonética inglesa del término original. También se suele usar el verbo «codear» como sinónimo de programar, tipear o pasar al ordenador, aunque el diccionario lo defina como «dar un golpe con los codos».
Para los recién llegados a un rubro dado, el argot puede resultar abrumador; de hecho, esto puede acentuarse si los veteranos lo usan con la intención de marcar territorio. De todos modos, si alguien siente una pasión auténtica por su profesión, tarde o temprano aprenderá los términos necesarios para comunicarse con sus compañeros y dejará atrás los miedos propios del primer día, cuando sintió que jamás sería capaz de comprenderlos.