Definición de argucia
El vocablo latino argutia derivó en argucia, un concepto que alude a un engaño, una treta o una artimaña. Por ejemplo: “La empresa intentará recurrir a alguna argucia para no pagar lo que corresponde”, “No podemos permitir que cancelen las elecciones con una argucia legal”, “A través de una argucia, el hombre estafó a cientos de jubilados”.
Las argucias buscan hacer que las personas crean algo que no es cierto. Tomemos el caso de un hombre que asegura tener la capacidad de levitar. Este individuo recorre diferentes pueblos y ciudades para mostrar su habilidad, cobrando una entrada a aquellos que deseen verlo flotar en el aire. Con el tiempo, un grupo de personas descubre que el hombre utilizaba un mecanismo con sogas invisibles que, en realidad, lo sostenían mientras él fingía levitar. Esta argucia le permitía al embaucador realizar su espectáculo y ganar dinero engañando a la gente.
Un club deportivo, por otra parte, puede tratar de incomodar a sus rivales cuando su equipo de fútbol juega en condición de local. En el vestuario destinado al conjunto visitante no hay agua y los bancos para sentarse están rotos. Los jugadores visitantes, por otra parte, deben salir al campo de juego pasando por debajo de la tribuna local, quedando expuestos a gritos e insultos de todo tipo. Estas son algunas argucias que buscan desconcentrar y perturbar a los oponentes.
Aunque parezca lamentable, en el ámbito de la política este concepto aparece con mucha frecuencia, dado que los dirigentes de gobierno suelen estar bastante emparentados con la corrupción. Mientras que una argucia ideada por un niño para evitar una reprimenda por parte de sus padres puede causar gracia y convertirse en una anécdota inolvidable, un plan retorcido puesto en marcha por el gobierno de un país para estafar a su pueblo representa un hecho despreciable y absolutamente condenable.
Como se puede advertir, las argucias pueden constituirse como un delito (una estafa) o ser simplemente faltas éticas. En ambos casos se trata de conductas que suelen ser condenadas por la sociedad.
Todos los ejemplos expuestos en los párrafos anteriores también tienen relación con los diversos sinónimos del término argucia. Además de engaño, artimaña y treta, lo cuales se mencionan al principio de la definición, podemos citar añagaza, trampa, falsedad, patraña, embuste, cuento, componenda, enredo, sutileza, sofisma, ingeniosidad y tergiversación. No importa cuál escojamos, prácticamente todos ellos conducen a una situación tejida con gran habilidad para manipular de alguna forma a los demás.
El ingenio es un elemento clave a la hora de elaborar una argucia, así como la percepción del entorno. Las ideas usadas para engañar a los demás deben ser convincentes, y para ello no sólo es necesaria la creatividad, sino un profundo conocimiento de los rasgos del receptor, tanto desde un punto de vista emocional como cultural. La razón de esto último es que el estafador debe conocer el límite tras el cual sus «víctimas» no creerían sus historias.
Por ejemplo, tomando la tecnología como tema principal, un adolescente puede inventar que su ordenador borró por accidente todos sus documentos para excusarse ante sus padres por no haber presentado un trabajo práctico en el colegio; aunque cada vez la gente entiende más de informática, todavía es normal que las personas de cierta edad no lleguen más allá de las funciones básicas de un teléfono móvil, y por eso la argucia podría tener éxito. En una compañía de desarrollo de software, una historia como ésta podría ser investigada a fondo con programas de rescate de datos, por lo cual no sería una buena idea. En definitiva, la efectividad de la argucia depende en gran parte del contexto.