Definición de año bisiesto

Un año es un periodo temporal que se extiende por doce meses. En el calendario gregoriano, el año se inicia el día 1 de enero y concluye el 31 de diciembre. Año, además, puede ser la unidad de tiempo que mide doce meses, aunque comenzando un día cualquiera (es decir, no necesariamente el 1 de enero).

Debido a la configuración de los meses, los años suelen tener 365 días. La excepción son los años bisiestos, que cuentan con un día más. Esto quiere decir que un año bisiesto tiene una extensión de 366 días.

La inclusión de un día adicional está vinculada a la diferencia que existe entre el año calendario y el año trópico (el tiempo que le lleva al planeta Tierra realizar su órbita alrededor del sol). El año trópico se extiende por 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Para superar ese desfase entre el año calendario y el año trópico, cada cuatro años se agrega un día al año calendario, equivalente al tiempo que no se ha contabilizado del año trópico.

La norma indica que un año es bisiesto cuando puede dividirse por 4, con la excepción de los casos en los cuales también es divisible por 100. Si el año es divisible por 4, por 100 y por 400, también se lo considera bisiesto y tiene un día extra.

Los años 2016, 2020 y 2024, por ejemplo, son años bisiestos. Cabe destacar que el día adicional se añade al final de febrero. Este mes, que suele tener 28 días, pasa de esta manera a contar con 29 días. En un año bisiesto, por lo tanto, existe el 29 de febrero.

El día 29 de febrero despierta en sí mismo una serie de mitos y leyendas, dado que es el único que solamente aparece una vez cada cuatro años. En este contexto, existe una gran división entre quienes lo interpretan como una fuente de fortuna y aquéllos que temen las fatalidades que supuestamente acarrea; una de las frases usadas por estos últimos es «año bisiesto, ni viña ni huerto». También se cree que las personas nacidas ese día tienen una especial predisposición para alcanzar grandes objetivos en la vida.

Por otro lado, no debemos olvidar que las personas nacidas el 29 de febrero no pueden festejar su cumpleaños con normalidad, y por esa razón cada país establece en su normativa civil las reglas para resolver este problema. En general, la fecha oficial en la que deben hacerlo es el 28; en España, por ejemplo, los años no bisiestos debe pasarse a las 00:00 horas del 28.

Lejos de ser una cuestión superficial o un capricho relacionado meramente con un festejo que bien podría omitirse, la fecha de nacimiento es muy importante a efectos legales, ya que se encuentra ligada a conceptos tales como la mayoría de edad. Aunque una distancia de unas pocas horas pueda parecer insignificante, ante la ley sólo hay dos posibilidades: lo correcto y lo incorrecto.

A diferencia de lo que ocurre en el calendario gregoriano, el romano agregaba el día bisiesto después del 24 de febrero y, por curioso que parezca, le asignaban el mismo número: en pocas palabras, el calendario romano tenía dos 24 de febrero durante los años bisiestos. La razón era que este día era el sexto antes de las calendas de marzo (el primer día de marzo), y entonces se entendía su duplicado como el «bi-sexto».

Esto último nos lleva a la etimología del término bisiesto, que en efecto derivó del idioma latín. En la época del Imperio Romano se expresaban los días tomando en cuenta el tiempo que faltaba para que llegase el mes siguiente; el 24 de febrero, por ejemplo, era «el sexto día antes de que llegue marzo». Por esta razón, al agregar un segundo día con el mismo número, se hablaba del «segundo sexto».

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