Definición de mes
La palabra mes tiene su origen en el vocablo latino mensis y permite hacer referencia a cada periodo específico de los 12 intervalos en que está dividido un año. De acuerdo al calendario gregoriano, el año se segmenta en doce meses. El primero es enero (compuesto por 31 días). Le siguen febrero (que varía entre 28 o 29 días, según qué año sea), marzo (31 días), abril (30 días), mayo (31 días), junio (30 días), julio (31 días), agosto (31 días), septiembre (30 días), octubre (31 días), noviembre (30 días) y diciembre (31 días).
Por citar ejemplos concretos de uso: “Si todo marcha bien, nos mudaremos en el mes de septiembre”, “Faltan tres meses para el comienzo del torneo”, “En octubre se cumplirán tres meses desde el fallecimiento del artista”.
La denominación correspondiente a cada mes está asociada a nombres de procedencia latina (como junio por Juno o julio por Julio César), aunque hay meses bautizados en función de números (así, por ejemplo, septiembre se inspira en el 7 o séptimo; octubre en la idea de octavo; noviembre deriva de 9 y diciembre procede de diez o décimo). Cabe resaltar que esta enumeración concluye en diez debido a que, hasta la reforma juliana, el calendario sólo se componía de una decena de meses.
Al hablar de mes, por otra parte, se apunta al grupo de jornadas consecutivas que se inicia con uno señalado y que llega hasta otro de igual fecha en el mes posterior: “A partir del 16 de noviembre, usted que cuenta con dos meses para presentar la documentación”, “La veda de pesca comenzó ayer y se extenderá por tres meses”.
Para la astronomía, en cambio, mes es una unidad o magnitud temporal que mide el tiempo bajo una perspectiva astronómica. Dado que las observaciones dependen de la latitud, las condiciones de la atmósfera y otros factores, resulta imposible anticipar con precisión cuánto durarán los meses en este tipo de mediciones.
El calendario hebreo
El orden de los días no es igual para todos los habitantes de la tierra, muchos de ellos se rigen por viejas tradiciones o religiones y enmarcan su existencia en torno a un calendario particular.
Las judíos, por ejemplo, se rigen por el calendario hebreo, cuyo ciclo responde a la ubicación de la Tierra con respecto al Sol. Así, el tiempo que dura un año es el mismo que tarda la Tierra en girar alrededor del Sol y un mes, el que tarda la Luna en rodear la Tierra. Por eso se dice que se trata de un calendario lunisolar.
En los orígenes, la suma de días que correspondía a un mes era poco exacta, pero con el correr de los años se fue mejorando dicho almanaque.
Actualmente, se utiliza el concluido por Hilel II, un sabio que existió en los años 350; dicho calendario es el que fija las festividades judías a través de un complejo algoritmo, por el que se pueden predecir las fechas exactas de luna nueva y con ellas las diferentes estaciones del año.
Pese a que este calendario no tiene ninguna relación con el chino y el arábigo (calendario utilizado antes de la instauración del Islam en estas tierras), ciertos aspectos de ambos coinciden; sin embargo, todos ellos se diferencian claramente del gregoriano, explicado más arriba.
El inicio del calendario hebreo tuvo lugar, según la tradición judía, el 7 de octubre del año 3761 a. C. (domingo); esto significa que ese día fue el día 1 del mes 1 del año 1.Por lo tanto, el año en el que vivimos que corresponde al 2012 según el calendario gregoriano equivale al 5773 del calendario hebreo. El 5773 comenzó el 16 de septiembre del 2012 y finalizará el 4 de septiembre 2013. La forma en la que se puede conocer a qué año hebreo corresponde uno gregoriano es sumando la cifra 3760 a éste. Ej: 2012 + 3760 = 5772.