Definición de amoníaco
Un vocablo griego pasó al latín como ammoniăcum y luego llegó a nuestro idioma como amoníaco o amoniaco: ambas acentuaciones se encuentran aceptadas por la Real Academia Española (RAE). El amoníaco es un gas que está formado por tres átomos de hidrógeno y por un átomo de nitrógeno, siendo su fórmula química NH3.
Este gas, que puede disolverse en agua, carece de color y se caracteriza por su aroma desagradable y penetrante. Cabe destacar que la disolución de amoníaco en agua al 35% también se conoce como amoníaco.
El amoníaco se produce de manera natural por la acción de bacterias en el suelo o en los animales y las plantas que se encuentran en proceso de descomposición. Incluso, en cantidad reducida, se halla presente en la atmósfera. Además puede obtenerse a nivel industrial.
Entre los diferentes usos del amoníaco –que suele comercializarse en estado líquido–, se encuentra la producción de fertilizantes, papel, plástico, artículos de limpieza, explosivos y refrigerantes. Por otra parte, el amoníaco se usa en el tratamiento de fibras textiles y de la madera, como combustible e incluso en productos alimenticios para impedir la irrupción de microbios.
Aunque la toxicidad del amoníaco es baja, si aparece en una concentración muy alta puede provocar irritación en la piel y en la garganta, así como también trastornos en los ojos y en las vías respiratorias.
Si no se toman los recaudos necesarios a la hora de usar amoníaco es posible que su paso por las vías respiratorias provoque una intoxicación; del mismo modo, el contacto directo con la piel puede provocar reacciones adversas, que van desde labios azulados hasta graves quemaduras, dependiendo del tiempo que permanezca el producto en el cuerpo.
Cabe destacar que, como producto del metabolismo de aminoácidos, el amoníaco está presente en el cuerpo humano. El hígado se encarga de transformar el amoníaco en urea mediante varias reacciones.
Cuando el hígado no funciona correctamente, la presencia de amoníaco en sangre puede crecer hasta provocar una hiperamonemia. En este caso en particular, también se habla de amonio, un catión que se forma a través de la protonación del amoníaco; tiene carga positiva, su peso molecular es 18,04 y es de tipo poliatómico.
En el ámbito de la química, entendemos por protonación al proceso que consiste en combinar un protón con un ion, una molécula o un átomo para formar un solo cuerpo resultante. Muchos la consideran la más importante reacción química, ya que forma parte de gran parte de los procesos fundamentales. Las moléculas y los iones que son capaces de atravesar la protonación más de una vez se conocen como polibásicos.
Retomando la enfermedad denominada hiperamonemia, se trata de un problema que puede dificultar gravemente el desarrollo de las personas, con especiales perjuicios para los bebés recién nacidos. Entre los síntomas más fáciles de detectar de la hiperamonemia se encuentran los vómitos, la letargia (somnolencia anómala que aparece a causa de algún trastorno; en este caso puede prolongarse hasta desembocar en convulsiones) y la diarrea.
Para detectar la presencia de esta enfermedad, los médicos llevan a cabo una determinación sérica del catión de amoníaco antes mencionado, el amonio. Si esta primera evaluación da positiva, entonces se vuelve necesario realizar pruebas para la determinación de su etiología (las causas de la enfermedad), y entre ellas están las siguientes: de coagulación; de funcionamiento hepático; tomografía axial computada (TAC) de abdomen; ultrasonido hepático.
Si una vez realizadas dichas pruebas los médicos no pudieran dar con la etiología, entonces es posible que el paciente presente un metabolismo anómalo de nacimiento; para estar seguro de esta condición es necesario determinar en orina y suero la glutamina, la citrulina y el ácido arginosuccínico.