Definición de ambrosía
La noción de ambrosía tiene su origen etimológico en ámbrotos, un vocablo de la lengua griega que puede traducirse como “divino”. La primera acepción que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace alusión al uso que se le da al término en la mitología, donde así se denomina a las sustancias alimenticias que ingieren los dioses.
La ambrosía, en este marco, es la bebida y la comida de las divinidades. A lo largo de la historia se asoció la ambrosía al correlato divino de la miel y el aceite, por ejemplo.
Una leyenda cuenta que, en sus orígenes, Ambrosía era una ninfa hecha de madera. Al quedar en medio de un enfrentamiento entre el dios Dioniso y Licurgo de Tracia, falleció y se convirtió en una vid. Luego las palomas comenzaron a llevar la comida de la enredadera (la ambrosía) al monte Olimpo, donde era degustada por los dioses.
Hay relatos que cuentan que la ambrosía confirió la inmortalidad a dichos dioses. También se dice que la fuerza vital de ellos procede del consumo de estos alimentos.
El concepto de ambrosía, por otra parte, se usa para nombrar a un manjar de gusto delicado. Además puede hacer mención a algo que deleita al espíritu.
Ambrosía incluso es el nombre de distintos postres. En Estados Unidos una ambrosía se prepara con crema de leche (nata) o crema agria, yogur, coco, mandarina y piña. En Argentina, la receta consiste en una mezcla de yemas de huevo, azúcar y almendras trituradas.
Se llama ambrosía, por último, a una planta del grupo familiar de las compuestas con hojas blancas y flores de tonalidad amarillenta.