Definición de alpargatas

El término alpargata procede del árabe hispánico y hace referencia a un calzado hecho generalmente con lona y cuya suela se confecciona con cáñamo, esparto u otras fibras. Para asegurarlas a los pies, las alpargatas pueden presentar una cinta o un elástico, aunque en ocasiones simplemente se ajustan.

De uso extendido en países latinoamericanos, España y algunas regiones francesas, las alpargatas se caracterizan por resultar livianas. Aunque la mayoría son planas, algunas presentan el talón elevado.

La fabricación de las alpargatas muchas veces es artesanal, siendo tejidas en telares. Algunos modelos, menos simples, presentan una cobertura de caucho sobre la suela con el objetivo de incrementar su durabilidad y de brindarle protección frente al agua y la humedad.

Los historiadores creen que las alpargatas surgieron en la Antigua Roma como una evolución de las sandalias que usaban los egipcios. Los romanos, para cuidar los pies de la exposición solar y de las altas temperaturas, decidieron crear un calzado similar a una sandalia cubierta.

Durante muchos años, en Latinoamérica, las alpargatas eran asociadas a los trabajadores de los campos. Por su comodidad y su bajo coste, quienes trabajaban en el entorno rural solían elegir las alpargatas para desarrollar sus tareas. Actualmente, a partir de nuevos diseños y de una amplia variedad de colores, las alpargatas son usadas en verano por jóvenes de todas las clases sociales, incluso en las ciudades.

Alpargatas Argentina, por otra parte, es una empresa con más de un siglo de historia que se dedica a la producción de calzado y de otros artículos textiles. Su marca más conocida es Topper, creada en 1975.

Cómo fabricar alpargatas caseras

Aunque a primera vista pueda parecer un proceso que sólo puede tener lugar en una fábrica especializada, mucha gente elabora sus propias alpargatas, algo que puede repercutir en un ahorro de dinero y en una mayor libertad a la hora de crear diseños originales.

Los materiales necesarios son:

* dos suelas;
* trozos de tela con los colores o diseños deseados;
* agujas de tapicería;
* hilo encerado, de bramante o de bordar;
* papel para dibujar los patrones;
* alfileres gruesos;
* tijeras;
* rotuladores.

El primer paso consiste en preparar el patrón. Para quienes no tengan experiencia previa en la fabricación de alpargatas, siempre pueden comprar unas económicas, deshacerlas y copiar el patrón sobre el papel. Se espera que el talón y la punta delantera queden por separado: el primero es una especie de rectángulo muy ancho con una cierta curvatura, mientras que la punta debería tener una forma similar a la de una tienda de campaña redondeada vista de frente.

En las alpargatas, no hay diferencia entre el pie izquierdo y el derecho, algo que facilita el proceso y las pruebas. Por lo tanto, llegado este punto es posible recortar los patrones y colocarlos sobre cada suela para asegurarnos de que no haya errores o irregularidades.

Llega el momento de cortar las piezas de tela, tanto para el forro como para la parte externa. Seguidamente, se recomienda agregar las decoraciones deseadas, para luego coser todo a lo largo del contorno; nótese que la costura debe realizarse por dentro, y por ello es necesario dejar un pequeño hueco para dar vuelta la estructura una vez terminado este paso. Para las suelas, el proceso es igual que para las punteras.

Teniendo las dos piezas de cada pie, es posible coserlas a sus respectivas suelas. Un consejo para conseguir un resultado uniforme es realizar pequeñas marcas con el rotulador en los puntos por donde pasaremos la aguja, y luego fijar las piezas a la suela con alfileres, comenzando por las traseras, para que sus extremos queden dentro de las delanteras. Antes de coserlas entre ellas, es recomendable probarse las alpargatas para asegurarse de no cerrar demasiado el hueco.

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