Definición de ajo
Ajo es un concepto que deriva de alĭum, un vocablo latino. El término alude a una planta cuyo bulbo se emplea como alimento. Por extensión, se llama ajo a las partes (conocidas como dientes) en las cuales se divide dicho bulbo.
Por ejemplo: “A la salsa de tomate siempre le agrego ajo y orégano para darle más sabor”, “Se nota que alguien ha estado cocinando por aquí: hay mucho olor a ajo”, “Por favor, no le añadas ajo al puré porque no me gusta”.
El nombre científico de la planta de ajo es Allium sativum. Como la cebolla, el ciboulette o cebollino, la cebolla de verdeo o cebolleta y el puerro o ajoporro, el ajo pertenece al género Allium y a la familia de las liliáceas.
Nativo de Asia, el ajo se cultiva desde hace miles de años. Puede alcanzar una altura de 40 centímetros y dispone de flores blanquecinas. En cuanto a su bulbo, presenta un olor característico y se compone de varios dientes que forman las llamadas cabezas de ajo.
El ajo es un condimento muy popular en gran parte del mundo. De hecho, hay recetas que se basan en el uso del ajo, como el pollo al ajillo, la sopa de ajo y el alioli.
Es importante mencionar que al ajo se le reconocen varias propiedades que son beneficiosas para la salud. Su consumo contribuye al control del colesterol, ayuda a reducir la presión arterial, minimiza los efectos del arterioesclerosis y aumenta la cantidad de insulina.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que también se recomienda tomar ajo por otra serie de ventajas que trae consigo. En concreto, entre las más significativas se hallan las siguientes:
-Se cree que es un estupendo antibiótico natural.
-Diversos estudios llevados a cabo vienen a indicar que su ingesta puede ayudar a reducir las posibilidades de sufrir un cáncer.
-También se recomienda incluir el ajo en la dieta porque es un estupendo alimento para poder mejorar de manera notable lo que es la circulación sanguínea.
-No menos importante es que ayuda a favorecer la digestión.
-De la misma forma, se cree que consigue favorecer e impulsar las defensas.
No podemos olvidar tampoco que una de sus mejores variedades es el llamado ajo negro. Este se obtiene a partir de la colocación del ajo tradicional, el blanco, en un recipiente con agua de mar para que fermente. Se recomienda tomarlo también para prevenir el cáncer y tener bajo control tanto el colesterol como la tensión. Asimismo hay que saber que se considera que es más suave, tierno y menos oloroso que el ajo blanco.
A todo lo expuesto tenemos que añadir que el ajo ha jugado un papel fundamental en la literatura. Sí, porque es el producto con el que se puede conseguir repeler a uno de los personajes de ficción más terroríficos de la historia: el vampiro.
Y tampoco hay que olvidar la existencia de la expresión “estar en el ajo”, que se usa para indicar que alguien está implicado en un asunto concreto.
Ajo, por último, puede ser un sufijo que se añade a adjetivos o sustantivos para convertirlos en diminutivos u otorgarles un tinte despreciativo: “No voy a permitir que este pequeñajo me dé órdenes”.