Definición de sufijo
El vocablo latino suffixus derivó en sufijo, un concepto que se emplea en la gramática para nombrar al afijo que se añade en el final de una palabra. Un afijo, por su parte, es una secuencia lingüística que altera el significado de un término.
Los sufijos, por lo tanto, son afijos que se posponen, a diferencia de los prefijos (que se ponen por delante de la palabra). Esto quiere decir que el sufijo se ubica después de la raíz o del lexema.
Un sufijo es un afijo que se agrega al final de una palabra.
Importancia de conocer los sufijos
Conocer los diferentes tipos de sufijos que existen en nuestra lengua es sumamente importante, ya que nos puede traer varios beneficios. Por un lado, nos ayuda a deducir el significado de una palabra desconocida para nosotros; por ejemplo, la primera vez que nos encontramos con el término «animación» sabremos que se trata de una acción, y que no puede ser un adjetivo, como sí ocurre con «animada», aunque ambas pertenezcan a la misma familia.
El estudio de la etimología también requiere del dominio de este y otros conceptos, como ser los prefijos, ya que acarrea la descomposición de las palabras en todas sus partes para intentar hallar el origen y la evolución de su significado desde la primera lengua en la que se concibió hasta llegar al castellano, en nuestro caso.
Pronombres y verbos
Es habitual que el sufijo sea un pronombre que se agrega a un verbo, componiendo una sola palabra. Por ejemplo: “caerse” (caer + se).
En este caso, el pronombre “se” es añadido como sufijo al verbo “caer” para la creación de la palabra “caerse”, que puede emplearse en diferentes oraciones: “Al caerse, el hombre se golpeó la cabeza”, “Si sigue soplando el viento, esa cartel va a caerse”.
Sufijos en sustantivos y adjetivos
Los sufijos también pueden añadirse a otros tipos de palabras más allá de los verbos. El sustantivo “cuchara”, por citar una posibilidad, puede convertirse en “cucharada”: “Para completar la preparación, hay que agregar una cucharada de fécula de maíz”, “El niño deberá tomar una cucharada de jarabe cada doce horas”, “Puedes endulzar el pastel con algunas cucharadas de miel”.
Un adjetivo como “hábil”, con el sufijo adecuado, se transforma en un sustantivo: “habilidad”: “El diputado tiene habilidad para evitar las preguntas incómodas”, “El delantero chileno volvió a hacer gala de su habilidad en el partido de anoche”, “Me gustaría hacer artesanías, pero carezco de habilidad para las tareas manuales”.
Un sufijo apreciativo puede ser un diminutivo que denota un tamaño menor: perro / perrito (-ito).
Resaltar cualidades
Los sufijos apreciativos son aquellos que sirven para indicar cualidades subjetivas (estima) y objetivas (tamaño), y se dividen en:
* diminutivos: denotan un tamaño o un afecto menor (-ito: perro, perrito);
* aumentativos: denotan un tamaño mayor (-ote: muchacho, muchachote);
* peyorativos: también se conocen como despectivos, ya que sirven para indicar desprecio (-ucha: casa, casucha).
Los sufijos flexivos
Son quizás los más usados en nuestro idioma, ya que sirven para indicar los accidentes gramaticales. En otras palabras, indican:
* género: «niño» y «niña» se diferencian por los sufijos -o y -a, que indican género masculino y femenino, respectivamente;
* número: en el caso de «carta» y «cartas», tan sólo la segunda palabra tiene un sufijo de número, -s. Existen algunos términos que no pueden utilizar -s para formar el plural, sino que requieren de -es, como ser estación (estaciones) y león (leones);
* persona: el español distingue una conjugación de los verbos diferente para cada persona, y esto se consigue a través del uso de sufijos. Por ejemplo, el verbo «cantar» en Presente del modo Indicativo se conjuga canto, cantas, canta, cantamos, cantáis, cantan, donde los sufijos para yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos son -o, -as, -a, -amos, -áis, -an, respectivamente;
* modo, tiempo y aspecto: así como en el punto anterior, el sufijo nos permite saber que «canto» está conjugado en el modo indicativo, en tiempo presente y que su aspecto es imperfecto.