Definición de alabastro
El primer paso que es necesario dar en pro de poder conseguir conocer el significado del término alabastro es descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos determinar que se trata de una palabra que deriva del griego, en concreto de “alabastros”. Este vocablo se empleaba para referirse a una serie de recipientes que se identificaban por tener forma de pera y porque se utilizaban para conservar perfumes.
De esa palabra griega, luego surgió la latina “alabaster”.
El alabastro es un tipo de piedra de color blanco que se emplea para la realización de objetos decorativos o de esculturas.
Por lo general se trata de una clase de yeso que, si bien resulta compacta, no presenta una gran dureza. Aunque al no ser tan duro puede dañarse con cierta facilidad, esta misma característica permite moldearlo o tallarlo con mucha precisión.
Uno de los usos más frecuentes del alabastro en la antigüedad era la fabricación de los recipientes donde se almacenaban perfumes. Por extensión, se empezó a llamar a alabastros a esos vasos carentes de asas.
Numerosas son las obras artísticas que durante la historia se han realizado utilizando como material el alabastro. Precisamente una de las más significativas es una estatua de la reina egipcia Tiye, la que fuera esposa del faraón Amenhotep III y abuela de Tutankamón. Se encontró en el templo funerario de su marido.
“El vaso de alabastro”, en este marco, es el nombre de un cuento del escritor argentino Leopoldo Lugones. Publicado por primera vez en 1923, en el relato tiene protagonismo un vaso de alabastro del Antiguo Egipto, que albergó un perfume durante treinta siglos.
Al ser translúcido, el alabastro también se utilizaba en ventanas y en las tulipas o las pantallas de los productos de iluminación. Por lo general el alabastro se combinaba con otros materiales.
Es importante mencionar que los objetos de alabastro deben cuidarse con esmero para evitar daños. Como el material se disuelve en agua, no debe exponerse a la humedad. Las partículas contaminantes del aire, por otra parte, suelen mancharlo. Los especialistas recomiendan limpiarlo solo con cepillos de cerdas suaves. Además sugieren manipular los elementos de alabastro con guantes para no mancharlos ni rayarlos.
Asimismo no hay que olvidar que en la zona de Urgell existe el llamado Museo del Alabastro de Sarral. En esta localidad, pertenece a la provincia de Tarragona, es donde se ha dado forma a tan singular centro cultural y etnográfico donde se le da protagonismo a ese material, que se ha convertido en pieza clave de la vida del lugar.
Quienes lo visiten tienen la oportunidad de conocer in situ una larga lista de artículos que, a lo largo de los años, se han realizado con el citado alabastro, tales como barandillas o ventanas. Eso sin olvidar que se ofrece un taller con el que los visitantes pueden tocar el material así como aprender a darle forma y a desarrollar con el mismo una obra artística.