Definición de agravante
Para poder conocer el significado del término agravante que ahora nos ocupa, vamos a comenzar descubriendo su origen etimológico. Así, podemos determinar que se trata de una palabra que deriva del latín, en concreto de “aggravantis”, que puede traducirse como “que hace más grave”. Es una palabra que es fruto de la suma de varios componentes:
-El prefijo “ad-”, que sería equivalente a “hacia”.
-El verbo “gravare”, que es sinónimo de “imponer un peso”.
-El sufijo “-nte”, que se usa para indicar el agente de la acción.
La noción de agravante puede utilizarse como adjetivo o sustantivo. En el primer caso, el término alude a aquello que agrava: lo que hace que algo sea más grave o pesado. Como sustantivo, un agravante es un factor que incrementa la gravedad.
En el terreno del derecho, se denomina agravante a la circunstancia que incrementa la responsabilidad penal de un sujeto. Se trata de motivos que se vinculan al hecho en sí mismo y otorgan más gravedad al delito.
Estos agravantes no tienen que ver con la existencia del hecho. Dicho de otro modo: sin el agravante, el delito existiría de todas formas. Lo que supone el agravante es una mayor responsabilidad desde el punto de vista penal para el individuo que cometió el delito.
Existen agravantes objetivos (vinculados a los medios utilizados y a la ejecución concreta de la acción delictiva) y personales (que se asocian a relación del delincuente con la víctima o a la condición moral). A la hora del juicio, el agravante supondrá una pena mayor para el condenado.
El enseñamiento, la alevosía, el abuso de confianza y la reincidencia son motivos que, de acuerdo a cada legislación, pueden considerarse como agravantes. Tomemos el caso de un hombre que asesina a su esposa con golpes de puño, patadas y veinticinco puñaladas. Dicho asesinato tiene como agravantes el vínculo que el homicida tenía con la víctima (estaban casados) y la alevosía (actuó a traición con su mujer y asegurándose del resultado de su acto, sin que la víctima tuviera la posibilidad de defenderse).
De la misma manera, no podemos dejar pasar por alto que existen otras situaciones o hechos que pueden también considerarse agravantes en torno a un delito:
-Haber ejecutado el hecho haciendo abuso de una clara superioridad.
-Cometer el delito por motivos racistas, xenófobos, machistas, homófobos…De la misma forma también será agravante el haberlo realizado como una clara muestra de discriminación hacia otra persona por su discapacidad, ideas políticas o religiosas, enfermedad…
-Ser reincidente es, además, otro de los agravantes que serán tenidos en cuenta por el juez a la hora de establecer una sentencia, en concreto a la hora de fijar una condena más dura.
-También es agravante haber realizado el delito en sí a cambio de una promesa, recompensa o un precio determinado.
-Ni que decir tiene que en esta lista también se incluye como agravante el infringir a la víctima del delito un daño aumentado de manera deliberada para causarse más sufrimiento.