Definición de adrede
La expresión latina ad directum llegó al catalán como adret, que luego derivó en nuestra lengua en adrede. Se trata un adverbio que se utiliza para señalar que una acción se llevó a cabo con intencionalidad; es decir, que se hizo a propósito.
Por ejemplo: “Los investigadores creen que el delincuente provocó el choque adrede para generar confusión y así poder huir del lugar”, “¡Eso fue falta! ¡Él me golpeó adrede!”, “Creo que Ramiro ocultó información adrede para que no nos diésemos cuenta de su conducta”.
Podemos comprender fácilmente a qué se refiere la noción de adrede si la oponemos a aquello que resulta accidental. Esta distinción entre adrede y accidental puede tener una gran importancia. Supongamos que, en un partido de fútbol, un jugador toca la pelota con la mano en el área que defiende su equipo. Si el árbitro considera que el jugador realizó la acción adrede (es decir, si cree que tocó la pelota con la mano a propósito), cobrará penal, ya que realizó algo que está penado en el reglamento. En cambio, si el juez piensa que el deportista no tuvo intención de impactar el balón con su mano, dejará seguir la jugada sin cobrar una falta.
Tomemos ahora el caso de una persona que se siente molesta porque su vecino escucha música a un volumen muy elevado. Si piensa que el sujeto sube el volumen sin advertir que puede perjudicar a quien vive cerca, es probable que vaya hasta su casa y le pida por favor que baje la música. Por el contrario, si siente que se trata de algo adrede para incomodar a los demás, puede llegar a denunciarlo por “ruidos molestos” para que las autoridades lo castiguen.
En los ejemplos anteriores puede apreciarse que el término adrede sirve para describir diferentes tipos de situaciones en las cuales una o más personas realizan determinadas acciones de forma consciente y voluntaria, aunque no siempre sus consecuencias sean perjudiciales para los demás. En algunos casos, como el del futbolista que toca el balón con su mano, el objetivo es beneficiarse con una anotación que no le corresponde, mientras que si alguien escucha música a un volumen que sabe molestará a los vecinos sus intenciones tienen un carácter diferente.
Esto no quita que ambas situaciones expongan un matiz negativo, en cuanto a que se trata de personas que intentan ocupar un espacio que no les corresponde, conseguir algo que no les pertenece, ya sea una victoria o el derecho a actuar de una determinada manera en medio de una comunidad de vecinos.
Por otro lado, la palabra adrede puede servir para describir acciones bienintencionadas, con las cuales el sujeto espera causar un cierto efecto en otras personas para obtener un beneficio que considera justo, ya sea para él mismo o para un tercero.
Veamos un ejemplo para ilustrar dicha posibilidad: un trabajador descubre que uno de sus compañeros roba dinero de la caja y desea denunciarlo ante su jefe, pero sabe que para ello necesita pruebas; por esa razón, ubica una cámara en un sitio estratégico y la deja encendida para capturar el hurto en vídeo. Su proceder es adrede, pero tiene la intención de ayudar a un tercero a combatir una acción que considera injusta.
Este concepto puede expresarse de varias maneras, y en cada región de habla hispana encontramos ciertas diferencias, especialmente en el grado de formalidad asociado a cada una de ellas. Además de adrede, por lo tanto, también es posible decir a propósito, aposta, deliberadamente, intencionadamente, a sabiendas, expresamente, premeditadamente y ex profeso (una locución adverbial proveniente del latín, lengua en la cual se escribe ex professo).