Definición de abiótico
La noción de abiótico se utiliza en el ámbito de la biología para hacer mención al medio que, por sus características, no puede albergar ninguna forma de vida. El término permite nombrar a aquello que se opone a lo biótico y a lo que no puede incluirse dentro del grupo de los seres vivos ni de sus productos. Cabe señalar que la letra a delante de una palabra indica negación y, como el término biótico define la presencia vida, abiótico hace referencia a lo opuesto.
Diversos elementos químicos y físicos del entorno hacen que surjan los factores abióticos, mientras que los bióticos nacen de los organismos vivientes y de sus creaciones. Esto quiere decir que el sol, el aire y el agua, entre otros, pertenecen al primer grupo.
Lo importante es tener en cuenta que los factores bióticos se relacionan con los abióticos para poder subsistir. Por ejemplo: una oveja (biótico) necesita aire (abiótico) y agua (abiótico), entre muchas otras cosas, para vivir. Un vegetal, por su parte, también necesita del aire para desarrollar la fotosíntesis y del agua y del suelo con diversos nutrientes.
Los componentes abióticos, por otra parte, se encargan de la configuración del denominado biotopo(bios = vida y topos = lugar), espacio con las condiciones favorables para el desarrollo de la vida; recibe también el nombre de hábitat. En cambio, los componentes bióticos dan lugar a la biocenosis, agrupación de diversas especies que comparten la vida en un mismo espacio o hábitat.
El biotopo es el lugar físico que permite el desarrollo de la biocenosis. Los expertos lo dividen en hidrótopo (los recursos hidrográficos), edafotopo (compuesto por la tierra) y el climátopo (las condiciones del clima); todos ellos en conjunto permiten la creación de un espacio donde los organismos vivos pueden subsistir y reproducirse, para asegurar la supervivencia de su especie.
Si alguno de estos recursos escaseara podría generarse un desequilibrio en la armonía del ecosistema. Esto es lo que está ocurriendo con el calentamiento global, al derretirse los hielos continentales; la vida de muchas especies se pone en peligro porque el lugar que antes les permitía desarrollarse y perdurar se vuelve inhóspito. Los osos polares, por ejemplo, cada vez cuentan con menos espacio para vivir y lentamente van pereciendo a causa de ello.
Evolución abiótica
Cabe destacar que la evolución abiótica o abiogénesis, por último, es una doctrina formada por diversas teorías que afirman que la vida puede formarse partiendo de materias que no son vivientes. La noción fue acuñada por el británico Thomas Huxley (1825–1895) en 1870, en oposición a la idea de biogénesis.
Ambos términos hacen referencia al origen de la vida desde posturas opuestas: la biogénesis afirma que la vida sólo puede originarse a partir de materia orgánica, de elementos que en algún momento hayan estado vivos, mientras que la abiogénesis señala que también puede surgir de materia inorgánica.
Estas dos teorías se encuentran en constante contradicción y los científicos de cada doctrina realizan pruebas para demostrar su postura y desacreditar la doctrina opuesta. De momento, la más certera podría ser la biogénesis, pues se cree que es prácticamente imposible que la vida surja de un elemento que carece de ella.
Según lo han revelado diversos estudios sobre el origen del Universo, puede decirse que todos los organismos vivos sólo pueden surgir a partir de gérmenes del mismo tipo y, por ende, nunca de materia inorgánica. Esto nos lleva a afirmar que los elementos abióticos por sí solos no pueden producir vida; sí pueden favorecer su desarrollo porque, como hemos dicho anteriormente, no es posible que los organismos vivos subsistan si carecen de los elementos esenciales el crecimiento: oxígeno y agua.